Jordi Margalef – Secretario de Comunicación del Sindicato de Trabajadores (STR)
En los últimos años, la comunidad LGTBIQ+ ha logrado, no sin dificultades, notables avances en la lucha contra la discriminación del colectivo en diversas esferas de la vida social. Queda mucho por hacer para poder decir que se ha normalizado la vida de las personas con una orientación sexual y vital diferente a la que se imponía como única opción válida.
Muchas empresas tienen planes específicos para promover la igualdad de trato y oportunidades para las personas LGTBIQ+ y, desafortunadamente, para combatir las discriminaciones que aún existen. Los planes están muy bien y cumplen con su función de plasmar por escrito la política de la empresa, pero, como ocurre con cualquier forma de violencia, abuso o maltrato, la clave está en la detección de la conducta inadecuada. Y, en este sentido, la denuncia y los mecanismos por los que canalizarlos son fundamentales.
Desde el Sindicato de Trabajadores estamos convencidos de que los sindicatos debemos ejercer un rol proactivo en esta lucha para sacar a la luz los casos de discriminación por razón de orientación sexual. Por ello, nuestras delegadas y delegados son conscientes de la compleja situación que enfrentan las personas que sufren estos maltratos y están a su disposición para canalizar sus denuncias con la discreción y los procedimientos que más convengan en cada caso.
El día del Orgullo LGTBIQ+ debe servir también para reclamar que las empresas den un paso más para llevar a la práctica sus grandilocuentes declaraciones de ser inclusivas. Se debe ir más allá de la igualdad formal para combatir la discriminación estructural. Para lograr que los trabajadores LGBTIQ+ se sientan plenamente libres de hablar y compartir su vida personal con la máxima naturalidad. Quedan todavía muchos sesgos y automatismos que pueden herir la sensibilidad de este colectivo. Combatirlos es llevar a la práctica lo que dicen los planes, por eso se hacen.