Las primeras aliadas que tuvimos las personas LGTBIQ+ fueron las mujeres. Fueron nuestras madres, nuestras hermanas, las amigas, las compañeras del trabajo, fueron nuestras abuelas. Las mujeres, que desde las generaciones anteriores a la nuestra, en las que se dejaron la piel y la vida para tener obtener lo que los hombres les negaron, vieron que estábamos padeciendo exactamente el mismo escarnio que ellas habían sufrido antes.
Su rebeldía frente a la injusticia, unida a una infinita ternura, ha salvado miles de nuestras vidas y las ha alejado de la tristeza, la depresión, el abandono de un proyecto de vida o incluso del suicidio al que muchos jóvenes son empujados por el maltrato y el odio. Las mujeres, amas de casa, maestras, empresarias, ya dueñas de sus vidas, rompieron el vergonzoso muro de la desigualdad y abrieron el camino a que los demás colectivos pudiéramos empezar a disfrutar de la libertad. Han sido ellas, sin duda, las protagonistas de todo el camino.
Tenemos este año un Orgullo lleno de referentes, quizá el que más cargado viene de conciencia y de memoria, seguramente por no haber podido celebrarlo con toda su amplitud en ocasiones anteriores. Entre todos los nombres que vamos a ver en los manifiestos y en los premios que se darán estos días, cada uno de nosotros incorporará el que llevamos grabado a fuego por todos los días y las noches que esa persona ha pasado a nuestro lado. Y cada uno de esos nombres, cada una de esas mujeres, es una aliada imprescindible que nos ha dado una mano, el brazo, e incluso la sonrisa cuando la habíamos perdido.
Dicen que estos días de Orgullo vamos a tener mucho calor y que la afluencia a las manifestaciones será extraordinaria. Y así quiero que sea. Que podamos salir todas, todos, todes a las calles a gritar bien alto que la reivindicación sigue adelante y que vamos a dar lo mejor para que desaparezcan por fin los problemas que sufren sobre todo las personas trans.
Son ellas, las personas trans, las que desde siempre han sido más discriminadas, quienes más necesitan ahora la alianza de quienes hemos dado un paso adelante. Para que su diversidad sea reconocida plenamente, para que puedan incorporarse con normalidad al mercado laboral y sobre todo, para que puedan tener la vida que quieran y ser felices. Ahora, en estos días del Orgullo y para lo que quede por delante, nuestro compromiso ha de estar con las personas trans, acompañándolas en el que camino que ellas encabezaron junto con Marsha P. Johnson en los frentes de Stonewall, creando así un día que hoy podemos celebrar como el orgullo LGBTIQ+.
Quizá fue fácil pensar que podíamos quedarnos solos, aislados, que no había esperanza para salir adelante y que finalmente, los retrógrados y los reaccionarios iban a cerrarnos todas las puertas. Y entonces llegaron las mujeres a demostrarnos que sí podíamos conseguirlo todo.
Y por eso, cada vez que pienso en ellas recuerdo la canción… ¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón.
NOEL CÁNOVAS
Secretario LGTBIQ+ del PSOE de Cartagena