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HISTORIA DE LA TUNA
La Tuna es una de las más antiguas, reconocidas y populares de las tradiciones españolas y fiel representante de nuestra cultura e historia.

1. Origen.

El verdadero origen de la Tuna pero no de la forma tal y como la entendemos ahora,  hay que buscarlo en los primeros estudiantes de estudios universitarios en España. Las primeras Universidades en España se fundaron en Palencia (1.184), Salamanca (1.218), Valladolid, Lérida, Santiago de Compostela. La primera Universidad en Murcia fue el Centro de Estudios Superiores fundado en 1.272 por Alfonso X, el rey sabio que vivió en nuestra ciudad y que dejó su corazón en su escudo.

Dichos estudiantes tenían que sobrevivir y mantenerse en las ciudades universitarias y mantenerse la mayoría con pocos recursos por lo que necesitaban de su picaresca, ingenio, habilidades y cualidades artísticas para conseguirlo, heredadas de juglares y trobadores de épocas anteriores y aprendidas de cómicos y artistas con los que normalmente compartían caminos y aventuras.

Se les denominaban sopistas porque estos estudiantes pobre se alimentaban de la sopa de los conventos de caridad, la denominada “sopa boba”, y no escaseaban las situaciones e historias en donde los estudiantes haciendo uso de su ingenio, picardía, y muchas de la veces de sus malas artes, acababan en problemas con la justicia.  Todo esto era debido a la época de escasez que se vivía y a su condición de estudiantes pobres y que se unían “en tuna ” o para  “correr la tuna” y no de tunos porque no existía esta figura como tal.

Estos estudiantes se unían y organizaban en grupos para volver a sus lugares de procedencia en temporada de vacaciones de la forma que entendemos que es “correr la tuna”, actuando en pueblos por el camino a casa, acompañando arrieros, uniéndose a comparsas de cómicos, hasta que cada uno llegaba a su tierra.

Los antiguos estudiantes que “corrían tuna” no vestían de la forma que se hace actualmente pues era obligatorio para todos los estudiantes vestir con toga y manteo, cubriéndose la cabeza con bicornio o sombrero. Los instrumentos que tocaban eran los típicos del medievo como por ejemplo guitarrón, flauta, laúd y por supuesto el pandero, y las canciones que hacían eran populares, serenatas, cantares improvisados y coplas picarescas...

El francés Jean Charles de Davillier, en su libro “Viaje por España” (1.862), dentro del capítulo correspondiente a Alcalá de Henares, nos describe:

“Ya que nos encontramos en una ciudad a la que una universidad hizo antaño célebre, no debemos olvidarnos mencionar a unos de los tipos más curiosos de la antigua España. Queremos hablar de esos estudiantes que se designan habitualmente de “estudiantes tunantes” o “de la tuna”(...) Las antiguas novelas picarescas están llenas de los relatos de las picardías en las que los estudiantes españoles empleaban parte de su tiempo (...).

Hay más de una semejanza entre la vida de los estudiantes de la tuna y de los antiguos caballeros errantes, juglares y trovadores de la Edad Media. Pobres y nómadas como los primeros; poetas y músicos, como los segundos, así nos lo representan las estampas y canciones populares, cantando bajo ventanas y balcones, y tendiendo su bicornio para pedir un cuarto o una peseta a cambio de sus jotas y de sus seguidillas. Se encuentran a menudo, en sus peregrinaciones, con arrieros o recueros que pasan, como ellos, buena parte de su existencia en las carreteras principales y quienes, a veces, les prestan sus cabalgaduras (...).”

 

2. Fin de la tradición original

El escritor J. Fuentes y Ponte, en su libro “Murcia que se fué”, impreso en Madrid en el año 1872, en el cual relata la historia de unos estudiantes que vivían y andaban formando tuna en la Murcia del Siglo XVII, nos explica según su entender el  porqué del fin de esta antigua tradición en la siguiente nota aclaratoria de su libro:

“(36) Desde que se planteó el nuevo plan de estudios de 1836 organizando de otro modo los Seminarios, Universidades é Institutos, y suprimidas las Universidades de Salamanca y Alcalá, que fueron tan célebres, no hay costumbre de ir los estudiantes en tuna, quedando sólo como recuerdo algunas comparsas de estudiantes que tocan y cantan jotas, y postulan por las calles durante el Carnaval; habiéndose abolido el uso del traje talar, ya estudiantil como externo ya interno ó de beca, en la Revolución de Setiembre de 1868.”

La eliminación de las antiguas y reconocidas universidades de Alcalá de Henares y Salamanca, la abolición de la obligación de uso de traje de talar o de estudiante, la mejora de las comunicaciones en la península con la llegada del tren que hacía más fácil los desplazamientos de los estudiantes, hizo posible que desapareciera esta tradición de unirse los estudiantes para “correr la tuna” .

Décadas después se mantuvo, tal y como refleja J. Fuentes y Ponte en su nota aclaratoria, gracias a las fiestas de Carnaval donde habían grupos y comparsas que se disfrazaban de estudiantes de época y cantaban sus canciones rememorando tiempos anteriores.

3. Continuación de la tradición. La Tuna

Los grupos organizados por universidades y facultades o estudios universitarios, de la forma que lo concebimos actualmente tienen su origen en los grupos que a finales del siglo XIX se formaron por ciudades para rememorar dichas actividades de correr la tuna. Estos grupos estaban mejor organizados, con una base mayormente musical y eliminando las costumbres que habían creado mala fama a dichas agrupaciones o estudiantes de décadas anteriores aunque respetando el sentido y la filosofía del estudiante bohemio, pícaro y galante.

Al principio las tunas o estudiantinas se formaban por ciudades o universidades y no por estudios o facultades como se hace actualmente. En Murcia la primera tuna formada de este estilo ya organizada fue la perteneciente a la Universidad Literaria, fundada a principios del siglo XX y conocida como Tuna Escolar Murciana.

El traje que se usa actualmente en la tuna es una derivación de los trajes que empezaron a usar estas agrupaciones de tunas del siglo XIX y principios del XX, de la forma que ellos entendían que podían vestir dichos estudiantes pero sin ser copia de los trajes estudiantiles que se usaban en la época anterior.

En la actualidad el traje de tuno consiste en chaqueta negra con las mangas acuchilladas, pantalón negro de media caña o gregüescos según el lugar, calzas o medias negras, zapatos negros, camisa blanca, beca con el color de los estudios que cursa la tuna y capa de color negro.

La beca es el trozo de tela, normalmente fieltro, que caracteriza la procedencia y la facultad o universidad que representa el tuno. Cada facultad o universidad se distingue por un color de beca, con el escudo de tu facultad o universidad en el pecho.

La capa es donde actualmente los tunos prenden las cintas de las mujeres que les bordan frases y los escudos de tela de los lugares que ha visitado con la tuna. Esta tradición es moderna y de la tuna actual y no hay semejanza en los estudiantes de épocas pasadas.

El bigornio o sombrero de dos picos que usaban los estudiantes en la época anterior sigue siendo uno de los símbolos identificativos de la tuna pero es un elemento que pocos tunos utilizan. A menudo se pueden ver los bigornios con una cuchara de palo cruzada en recuerdo de la condición de estudiantes pobres y sopistas de épocas anteriores.