Quienes no lleven a cabo este tratamiento biológico podrán luchar contra esta plaga con métodos químicos a partir de la segunda semana de septiembre
La primera quincena de julio es el mejor momento para comenzar el tratamiento biológico contra la procesionaria del pino. El uso de feromonas con trampas, que es en lo que consiste este método, se debe prolongar durante dos meses seguidos.
De no llevarlo a cabo, los propietarios de terrenos con coníferas tienen otra oportunidad para luchar contra la procesionaria del pino a partir de la segunda semana de septiembre. Pero, en ese caso, deberán emplearse plaguicidas químicos que sólo pueden aplicarse por personas con carné de manipulador de estos productos. El tratamiento, en este caso, se alargará durante mes y medio.
Tanto las feromonas como los plaguicidas se pueden adquirir en establecimientos especializados, como tiendas de jardinería, de productos agrícolas o algunas ferreterías, entre otros.