Conocí a Juan Palao en 1987, cuando se presentó en el Ayuntamiento diciendo que "quería trabajar por el deporte de Yecla", y solicitó afiliarse al Partido Popular (entonces Alianza Popular), justamente en unos malos momentos políticos.
Conforme fui tratándole y simpatizando con él, mi admiración por su persona fue aumentando. Juan, de condición muy humilde, no lo había tenido precisamente fácil en la vida. Ya desde su infancia, aprendió a forjarse la existencia y luchar contra la dificultosa situación económica y social que lo rodeaba.
Una situación que, lejos de debilitarle, estimuló en él unos grandísimos valores: el trabajo constante, la justicia y la igualdad, la solidaridad, el profundo amor a los suyos y a su pueblo, el no debilitarse ante las dificultades, el respeto...
Gracias a un tío suyo, supo lo que eran la escritura, las matemáticas, la historia y la geografía; y así pasó de no tener estudios, a graduarse en FP 2, obtener el título nacional de Atletismo y ser uno de los mejores calefactores-fontaneros de su gremio profesional; y además, destacar que Juan Palao hacía las mejores almendras garrapiñadas de todo el país.
Aunque todo esto no es lo más importante; lo más valioso de su persona es la gran familia que supo formar: su mujer, Paquita; sus hijos, Juana Mari y Juan Francisco; sus cuatro nietos... Juan tenía el título más grande que puede ostentar una persona; el de mayor sabiduría y el de mayor dificultad. Juan era un ejemplo a seguir, porque era "catedrático en el amor, la amistad, el trabajo y el esfuerzo".
Se ha ido mi mejor amigo y nada ni nadie podrá ocupar ese hueco que me deja. Juan, siempre estarás en mi memoria y en mi corazón.
Gracias Juan, por tu amistad.
Gracias Juan, por tus consejos.
Gracias Juan por tus reprimendas.
Gracias Juan, por tu apoyo, porque nunca me fallaste.
Juan, has sido mi mejor amigo. Siempre estarás conmigo. Te echaremos de menos, pero tu ejemplo siempre nos guiará y nos ayudará a cubrir tu falta.
A través de la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Yecla conseguiste lo que más querías y anhelabas: fomentar y apoyar al deporte de Yecla. Ahora, todos reconocemos tus logros: la pista de Atletismo, los campos de fútbol, el pabellón cubierto... Múltiples instalaciones deportivas que llevan tu huella y de las que todos estamos muy orgullosos.
Sé que, en estos momentos, la Virgen del Castillo te acoge para que descanses en paz. Y sé que nos seguirás ayudando, y aunque te echemos en falta, siempre estarás junto a todos nosotros
Hasta siempre, amigo.
Juan Miguel Benedito Rodríguez