El contacto con la oruga procesionaria es uno de los principales causantes de urticarias y alergias en personas y animales domésticos. Las orugas están recubiertas por unos filamentos urticantes que se dispersan y flotan en el aire, produciendo irritación en piel, ojos y nariz.
Para el tratamiento paliativo contra la procesionaria en esta época del año, los operarios están aplicando un insecticida específico de escasa toxicidad y el bajo impacto ecológico mediante un caño atomizador. De esta manera, el producto llega directamente a las copas de los árboles favoreciendo su efectividad.
El daño más importante que puede ocasionar este insecto se produce a finales de invierno hasta mitad de primavera, cuando las orugas son más grandes y voraces. La defoliación rara vez produce la muerte de los pinos pero los debilita en gran medida facilitando así el ataque posterior de otras plagas.