Villanueva del Río Segura, en el Valle de Ricote, de un tiempo a esta parte se ha propuesto recuperar señas de identidad. La primera de ellas, hace una veintena de años, fue la Cuadrilla de la Hermandad de Ánimas portando la imagen del Niño para hacer un besapiés por todo el pueblo como es tradicional, durante varios días, al son del canto del Aguilando y así recoger el estipendio homónimo. Desde hace unos años, la Hermandad del Rosario empezó a funcionar, con sus Auroros a la cabeza, durante el mes de octubre. De la misma forma que la efigie de la Vieja en mitad de la Cuaresma para partirla. Pero lo cierto es que una de los festejos más tradicionales de este tiempo son las Máscaras del Carnaval, festividad de la que queremos hablar, la cual lleva varios años apareciendo por las calles villanovenses llegados este periodo.
El Carnaval tiene muchas expresiones a lo largo y ancho de la Península Ibérica. Lo que está claro es que el Carnaval está más cerca hoy en día de la Comparsa a la "brasileira" que de una propuesta tradicional tal y como tenía lugar antaño, a nuestro juicio, más bonita aquella, la antigua por lo que de vistosa y graciosa tenía, acorde a lo que era el espíritu del Carnaval.
Así, antaño, en Villanueva del Río Segura, el Carnaval contaba con tres días importantes: Domingo, Lunes y Martes de Carnaval. Además, a estos días se unía un cuarto día denominado Sábado de Piñata, o lo que es lo mismo, el sábado siguiente a ese Martes de Carnaval.
El Domingo de Carnaval era la fecha en la que salían las Comparsas (grupos de gentes vestidos con la misma temática y la cara descubierta), las cuales solían cantar Murgas, es decir, composiciones con cierto cariz satírico, cómico o irónico sobre algún aspecto de la sociedad o la actualidad regional o nacional. Lo que está claro es que dichas composiciones, aquí en la Región de Murcia y en particular Villanueva, no recibían el nombre de Chirigotas como en Cádiz, término que se ha introducido en el sureste español al igual que los mencionados desfiles ligeros de ropa. Dichas comparsas solían aparecer también en el Sábado de Piñata, fecha que se tomaba como licencia para prolongar los fastos de este "mundo al revés" propugnado por el Carnaval, antes de entrar en el periodo de ayuno y abstinencia al que obligaba la Cuaresma.
Y el Lunes y Martes de Carnaval, por la tarde salían las Máscaras. La cuestión es: ¿y qué eran o son las Máscaras? Pues eran todas aquellas personas que decidían o deciden salir vestidas de cualquier cosa, con cualquier cosa: ropa vieja, antigua, etc., y algo con qué tapar la cara para no ser reconocido, promoviendo de esta forma la confusión de identidad. Antiguamente, los hombres eran proclives al travestismo para crear, si cabe, más confusión todavía, pero lo cierto es que muchos vecinos recuerdan incluso las Máscaras con pavor puesto que la gente salía al caer el sol, Lunes y Martes de Carnaval, y esa oscuridad de antaño unido a los disfraces, impregnaban el ambiente de un cariz tétrico.
Villanueva del Segura se planteó la posibilidad de recuperar las Máscaras de Carnaval hace unos años y en cierta forma funcionó hasta el punto que, atraídos por esta iniciativa, fotógrafos como Joaquín Giró se acercaron a retratar este patrimonio bellísimo, efímero, cíclico y festivo.
Por las circunstancias que todos conocemos, las Máscaras descansan este año, a la espera de que vengan tiempos mejores en los que el Carnaval se levante con todo su esplendor y espíritu a través de la confusión, el travestismo, el disfraz, la sorna y "un mundo al revés" necesario para copar el quehacer de pueblos como el de Villanueva del Segura que, con más ahínco, necesita adherirse a sus tradiciones.