Un lugar con encanto para una escapada de fin de semana y en el que son de “obligada” visita los siguientes cinco monumentos históricos, convertidos en emblemas de la ciudad burgalesa:

Monasterio de las Huelgas Reales

Formado por la Iglesia, el monasterio y la zona de clausura, de arte románico pero con fuertes influencias mudéjares. Fue construido entre los siglos XII – XIII para la orden cisterciense, convirtiéndose en lugar de retiro espiritual de las damas de la nobleza de la época. Actualmente se ofrecen visitas guiadas y en su interior se puede disfrutar del Museo de Ricas Telas con una amplia muestra de vestidos y telas medievales perfectamente conservadas, ofreciendo al turista una idea muy realista de la forma de vestir de la época.

La Cartuja de Miraflores

De estilo gótico isabelino, se encuentra ubicado a unos 3 kilómetros de Burgos. De esta maravilla impresiona su iglesia con portada occidental con retablo mayor diseñado por Gil de Siloe.

La Catedral de Burgos

Majestuosidad de arte gótico, es declarada Patrimonio de la Humanidad. En su interior alberga numerosas obras de artistas reconocidos, destacando el cimborrio de Juan de Colonia, el retablo de Gil de Siloé y la renacentista escalera dorada de Diego de Siloé.

La Puerta de Santa María

Su Arco es uno de los elementos arquitectónicos más emblemáticos de Burgos, siendo en la Edad Media una de las antiguas doce puertas de acceso a la ciudad. Su interior cuenta con unas escaleras de origen medieval que dan a la sala principal que actualmente es empleada como sala de exposiciones.

El Castillo y las murallas de Burgos

Localizado a 75 metros sobre el nivel de la ciudad. Desde su construcción en los tiempos de Reconquista ha servido como zona defensiva, posteriormente como prisión y finalmente como fábrica de pólvora hasta su destrucción por las tropas napoleónicas.