Se trata de un instrumento de cuatro metros de longitud, intrínsecamente ligado a la localidad, cuyo origen se remonta al siglo XVII. Su peculiar sonido se puede escuchar en Cuaresma, entre el Miércoles de Ceniza y las tres de la tarde del Viernes Santo.

El Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Totana ha logrado que el Consistorio Municipal emprenda los trámites y el correspondiente expediente con la finalidad de declarar como Bien de Interés Turístico Regional la "Bocina Totanera". Se trata de una propuesta que fue presentada en el último pleno del ayuntamiento, mereciendo el respaldo de todos los grupos políticos municipales.

Juan Pagán, portavoz del Grupo Popular en el ayuntamiento de Totana, ha explicado que en la Región de Murcia se reconoce el interés turístico de 'bienes únicos' del patrimonio cultural, histórico, gastronómico, etnográfico o natural. De hecho, todo elemento, material o inmaterial, ubicado u originario de la Región podrá acceder al reconocimiento como Bien de Interés Turístico (BIT). Se trata de elementos turísticos de la Comunidad y, en este caso particular, representativos de sus tradiciones. En nuestro municipio disponemos de múltiples elementos singulares susceptibles de ser puestos en valor con el fin de poder otorgarle el reconocimiento que merecen para incrementar el turismo.

La bocina de Semana Santa aúna las características para ser reconocido como BIT. Se trata de un elemento muy representativo, un instrumento que suena desde la noche del Miércoles de Ceniza y finaliza a las tres de la tarde de Viernes Santo, hora en la que el cristianismo sitúa el fallecimiento de Jesús.

En Totana encontramos gran cantidad de grupos musicales, desde rock hasta la habanera, pasando por las formaciones de coros y rondallas, además de la música típica de Navidad, junto a las agrupaciones musicales y bandas de las diferentes Hermandades y Cofradías que integran a un gran número de personas que dedican muchos meses al ensayo para vivir su momento álgido durante la Semana de Pasión.

Antonio Martínez Belchí, concejal responsable de presentar la moción al respecto en el último pleno municipal, ha indicado que es durante la celebración de la Cuaresma y en la propia Semana Santa donde además de las piezas interpretadas por cornetas y tambores, aparece el único y peculiar sonido de la bocina totanera. Hablamos de un instrumento que se diferencia de las bocinas que se conocen en otros lugares de la región al sonar libre de acompañamiento de percusión, y tiene además la singularidad de que su boca es muy parecida a las gárgolas de las iglesias medievales.

Esta forma característica tendría para los antiguos el mismo significado que las mencionadas gárgolas de las catedrales, alejar el mal de los templos, y en la procesión apartarlo de los fieles que contemplan la Pasión de Cristo. Es un instrumento metálico de aproximadamente unos cuatro metros de longitud que comienza en punta, donde se coloca la boquilla que permite extraer su peculiar acento, para acabar ensanchándose. En ella se incrusta, a modo de remate, una forma que semeja la cabeza de una serpiente o la de un dragón.

Durante la Cuaresmes, entre la noche del Miércoles de Ceniza, y hasta las tres de la tarde del Viernes Santo, la bocina nos recuerda la trayectoria sonora y el vínculo con las raíces totaneras, un pueblo en el que cuajó su vibrar allá por el siglo XVII, fecha desde la que disponemos de datos fiables sobre la existencia de este peculiar instrumento. Desde hace más de 150 años el sonido de la bocina acompaña las noches totaneras de Cuaresma y acompaña las procesiones durante la Semana de Pasión.

El toque de la bocina, es un toque peculiar y difícil de obtener, ya que se trata de un instrumento de viento de cuatro metros de longitud, con un diámetro de campana final de cuarenta centímetros. En Totana se ha mantenido la tradición gracias a la dedicación de algunas familias del municipio, que han ido transmitiendo de generación en generación esta pasión por mantener vivo el sonar de la bocina.