LA PEDANÍA TOTANERA DE EL PARETÓN VIAJA EN EL TIEMPO AL ANTIGUO ORIENTE CON LA REPRESENTACIÓN DEL “AUTO DE LOS REYES MAGOS”, UNA DE LAS PUESTAS EN ESCENA MÁS EMBLEMÁTICAS DE LA REGIÓN DE MURCIA
La puesta en escena del tradicional “Auto de los Reyes Magos” ha logrado, otro año más, que la pedanía totanera de El Paretón-Cantareros, viaje en el tiempo hacia el antiguo Oriente gracias a esta magnifica representación que ha sido representada por los vecinos de la pedanía.
El alcalde de Totana, José Martínez Andreo, acompañado el concejal de Pedanías, Juan Pagán, la concejal de Festejos, Josefa María Sánchez Méndez, y el edil de Servicios y Mantenimiento Integral de la Ciudad, Sergio López, han acudido a la representación teatral que ha comenzado con una gran chocolatada y finalizado con la celebración de una homilía junto al Belén viviente.
Esta actividad, una edición más, ha estado organizada conjuntamente por la asociación de Vecinos, la Junta Local Vecinal, la Asociación de Amas/os de casa Igual-da de El Paretón y Cantareros con la colaboración de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Totana, el grupo de actores locales, comercios y vecinos de la localidad, en virtud de un convenio suscrito con el Ayuntamiento de Totana.
El Auto sacramental está basado en un manuscrito que data del siglo XVIII, fecha en las que aparecieron las primeras noticias que se tienen de estas representaciones, que constituyen la manifestación más destacada de su acervo tradicional y folklórico.
Precisamente, en el municipio de Totana, es en esta pedanía de El Paretón, en el único lugar donde se conserva esta tradición, que se ambienta en la huerta murciana al incorporar a la obra típicos personajes con tradicionales trajes huertanos, que con su diálogo panocho, matizan de unas formas regionalistas la obra.
La representación, que ha durado alrededor de dos horas, se nutre desde hace más de 30 años en que se viene representando del legado folklórico musical característico de la zona y bailes tradicionales.
Así, en el Auto, texto con características muy murcianas que data de 1774 y suscrito del manuscrito de 1924 de Bernardino Guirao Jardín, se estructura en tres partes. La primera de ellas corresponde al encuentro de los tres Magos de Oriente, montados a camello y con sus respectivos pajes; con la estrella, representada por una niña sobre la cabalgadura de un borrico, que los guía hasta el palacio del rey Herodes.
El símbolo de la estrella los guía hasta el emplazamiento palaciego, donde se mantiene un diálogo en panocho entre los personajes principales, ataviados con trajes típicos huertanos, que se intercala también con la presencia del resto de personajes de la obra (Rey Herodes, diablo, etc.). Finalmente, los Reyes Magos se dirigen hacia el belén viviente para adorar al niño Jesús para cumplir con su cometido y ofrecerles los presentes que portan.
Una vez finalizada la homilía se ha realizado una gran paella para todos los asistentes.
Epifanía del Señor
Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.» Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: ?Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel."» Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.» Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino. (Mt 2,1-12)