CRONICA DE LA EXPEDICIÓN A PIRINEOS. VALLE DE ORDESA, PIRINEO OSCENSE.

El pasado 15 de agosto, a las 7’00 horas, aproximadamente (nuestra puntualidad es “casi británica”), 14 aguerrid@s montañer@s iniciábamos el viaje, para algunos el viaje del año.

Después de casi 12 horas llegamos a Torla, nos esperaba el Refugio de Lucien Briet. Bien, alojamiento decente, duchas decentes, pero, sobre todo, con una ubicación perfecta.

Sin incidencias, pero tod@s con las ganas de amanecer al día siguiente para empezar a cumplir los objetivos de cada un@.

El domingo 16, la mayoría, se encaminó hacia el Refugio de Góritz, a las faldas de Monte Perdido, Mont Perdu en francés. Unos cuant@s miembros pernoctarían en el refugio y el resto harían vivac en el Lago Helado, al final consiguieron, no fiándose de la meteorología, un abrigo natural donde se cobijaron para pasar la noche, amenazaba tormenta, no cayó una gota, pero en el Valle nos mojamos un poquito.

Mientras, como decía, el grueso del grupo iniciaba el ascenso a Góritz, unos pocos, seguiamos sus pasos por la Senda de los Cazadores, ruta recomendable donde las haya. Paisaje, desnivel brusco, saber que llevas la Faja de Pelay a tus piés y, en definitiva, pirineismo en estado puro.

Esta ruta es exigente, no recomendable para personas que, cuando menos no estén en disposición de “sufrir” por disfrutar de sus paisajes (merece la pena llevar la cámara e inflarte a fotografiar todo, lo que se “meneé” y lo que no). De un momento a otro parecía que los faunos y las ninfas iban a salir a nuestro encuentro.

Bueno, como decía, el grupo más numeroso llegó a la Cola de Caballo, cascada preciosa, y tomaron un refrigerio, el resto seguimos la ruta hasta la vuelta a la Pradera, con una pequeña tormenta que se desató y que nos refrescó, pero no nos impidió disfrutar de las Gradas de Soaso y del Valle de Ordesa en todo su esplendor, el bosque de hayas, etc….

Los esforzad@s montañer@s llegaron al día siguiente a Monte Perdido, culminando el objetivo que había planteado, 3.355 m sobre el nivel del mar, todo un techo, además de ser una de las cumbres míticas de los Pirineos. L@s compañer@s que ascendieron por primera vez a una cumbre de los Pirineos estaban llenos de EMOCIÓN, mucha emoción. De eso se trata, de compartir con los compañer@s de ascensión la EMOCIÓN y compartir el SUFRIMIENTO GUSTOSO que pasamos las personas que nos gusta esta actividad.

En Monte Perdido se dividieron en dos grupos, un@s volvieron a la Pradera por el Valle de Ordesa.. El resto, Continuaron por la Alta Ruta Pirenaica hasta la Brecha de Rolando, Sarradets, Puerto de Bucaruelo y San Nicolás de Bujaruelo con su puente románico y zona de baño.

El día siguiente se realizó una actividad de aventura, BARRANQUISMO, en iniciación, pero para los participantes fue una experiencia inolvidable.

El miércoles 19 nos volvimos a dividir en grupos, ya que los “fuertes” realizaron la ruta de las clavijas de Cotatuero, vía aérea, con sus seguros, equipo y las descargas de adrenalina que todos los miembros tuvieron en su desarrollo. ¡¡ALUCINANTE!!

El otro grupo nos encaminamos a San Nicolas de Bujaruelo para ascender hasta la Brecha de Rolando, objetivo de unos pocos, y hoyando cumbre del Taillón por parte de unas aguerridas montañeras, que cuando nos juntamos en Sarradets compartiendo la emoción de esa aventura. La bajada fue penosa, pasando la cascada del glacial del Taillón, con su peligro en los resbalones, y el susto que nos dio una de las componentes producida por un inesperado resbalón, un susto grande para todo el grupo.

Nos encontramos con una familia

El jueves 20 hicimos, tod@s junt@s una ruta que aspirábamos a que fuera “barítima”, pero descubrimos un pueblo que no tiene bares, Fragen, se nos abrió una posibilidad de negocio interesante

Seguimos hasta Broto, allí sí teníamos bares, comimos, descansamos….. y, como todas las noches, o casi todas, tuvimos nuestra dosis de bares……. Y esparcimiento.

El día 21 nos encaminamos al Cañón de Añisclo, ¡¡QUE GOZADA!!

Impresionante esta ruta…… los desniveles en la ruta no fueron exagerados, pero los desniveles entre la senda y el cauce del río Besós hacían que tuviésemos una sensación aérea alucinante. La ruta se hizo larga, y con el cansancio acumulado de toda la semana.

El día siguiente fue la vuelta, larga, tediosa, como todas…… pero con lo interesante que se hace seguir recordando las aventuras vividas.

Bueno…. Que todo fue bien. Las relaciones entre los componentes del viaje buena….. disfrutamos que es lo más importante, de la compañía. Además, como tod@s, casi tod@s, somos miembros del club pues compartir las experiencias y las emociones fue alucinante.

Club Senderista de Totana