Desde que hace ya unos años que comenzaran a celebrarse las Fiestas Trinitario-Berberiscas, el entusiasmo que han despertado entre los vecinos de Torre-Pacheco no ha descendido ni un ápice. Más bien al contrario, cada año esta celebración se enriquece con novedades llenas de sorpresas.
Las celebraciones comenzaron el pasado viernes con la apertura del mercado medieval. A continuación tuvo lugar un pasacalles y tras este se inauguró el mercado con músicos, zancudos y actores. Además, el viernes pudimos disfrutar de una representación espectacular del acto trinitario-berberísco. Frailes, huérfanas, venteras, soldados, campesinos, y piratas participaron en este acto de algo más de una 1 hora de duración que recrea la toma de posesión del Ayuntamiento por parte de Pero Pacheco. En total más de 500 vecinos repartidos en dos bandos: el trinitario y el berberisco.
En la jornada del sábado tuvo lugar el gran desfile trinitario-berberisco, en el que los vecinos volvieron a tomar las calles del pueblo, aunque esta vez para desfilar luciendo su vestuario. En el desfile participaron unas cuatrocientas personas y 10 bandas de música, caballos y huríes incluidos.
Las fiestas trinitario-berberiscas nacieron en 1996 por iniciativa de José Miguel Rodríguez, historiador e investigador de la Villa de Torre-Pacheco. Los actos rememoran las temidas incursiones berberiscas que atacaron las costas del Mar Menor y el Campo de Cartagena durante los siglos XV, XVI y XVII y dificultaron el poblamiento de esta zona. Estos ataques crearon la necesidad de levantar torres vigías que pudieran servir de refugio, una de ellas en Torre-Pacheco. Estas fiestas, que cumplen ya 16 años, son un referente para nuestro pueblo.
Sabíamos de la existencia de los monjes Trinitarios en nuestro pueblo (desde 1620 hasta el primer tercio del siglo XIX), fecha en la que la Desamortización hizo desaparecer la finca más grande que esta orden religiosa ( dedicada a la redención de cautivos) poseía en el Reino de Murcia, cuya extensión llegó a ser de 356 hectáreas y estaba situada en Torre-Pacheco. Estos frailes habitaban una casa llamada “La Monástica” y se encontraba anexa al antiguo templo parroquial; además poseían aquí otras siete casas, una de ellas dedicada a ser mesón y venta por ser Torre-Pacheco un lugar de cruce de caminos.
También sabíamos de las razias, o cabalgadas, protagonizadas por los piratas Berberiscos, que asentados en el norte de África desembarcaban en nuestras costas del Mar Menor, asolaban el Campo de Cartagena con el fin de conseguir cautivos por los que más tarde pedirían un buen rescate. De esta manera se creó un negocio que duraría varios siglos, haciendo de ciudades como Argel o Tánger, auténticas capitales del comercio de personas.
Los ataques de los berberiscos dificultaron y retrasaron el doblamiento de estos campos, haciéndose imprescindible la construcción de torres junto a los cortijos o Casa Fuertes de las pocas familias cuyas rentas les permitían el levantamiento de dichas edificaciones defensivas, una de estas casas con Torre fue la de Pero Pacheco.
El Señorío de Hoyamorena fue el único que como todos (por concesión real), existió en todo el Campo de Cartagena; y por un inventario de 1623 sabemos que dicha hacienda tenía:
“Una casa principal con su torre y su iglesia, una huerta y una zeña…., 80 tahullas de viña, una bodega que contiene 500 arrobas de tinajas y 100 arrobas en botas. Los labradores viven repartidos en ocho casas, bien es verdad, viejas y maltratadas. Las tierras se dedican sobre todo al cultivo del cereal….y para labrarlas el personal dispone de seis pares de bueyes y un carro con dos mulas”.
Unimos pues estos dos datos históricos y de esta manera se crearon en Torre-Pacheco las primeras fiestas de carácter histórico en el campo de Cartagena.