Murcia, 17 dic (EFE).- La revista norteamericana PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) ha publicado el pasado viernes el artículo sobre la Sima de las Palomas, en Torre Pacheco (Murcia), redactado, entre otros, por el arqueólogo británico asentado en la Región de Murcia Michael Walker que desde hace mas de una década trabaja en esa excavación paleolítica.
El artículo titulado "Neandertal tardío en el suroeste de Iberia: Sima de las Palomas del Cabezo Gordo, Murcia, España", firmado por doce expertos, entre ellos Walker, relata evidencias de un supuesto contacto entre el neandertal que habitó allí hace 40.000 años y lo que los especialistas denominan "hombre moderno".
Cuatro mandíbulas parciales fueron halladas en la sima murciana y en un caso está intacto el arco dental de un neandertal de entre 8 y 12 años, siendo esta parte del esqueleto crucial para determinar las similitudes entre ambas especies.
Es posible además que algunos dientes y mandíbulas sean aspectos probables de "no Neandertal" y, por lo tanto, variaciones biológicas de la especie que o bien son adaptaciones locales al ambiente o el producto genético de un contacto con el hombre moderno que provenía del norte.
En ese yacimiento se hallaron utensilios paleolíticos hechos con sílex y muy bien tallados, si bien no existe sílex en la zona.
Además se encontró abundante fauna como pantera o león, hiena, hipopótamo, elefante, rinoceronte, ciervo, caballo Silvestre, uro, cabra hispánica, liebre, conejo, tortuga, y una docena de especies de aves.
El Cabezo Gordo es una montaña de mármol del Triásico cuya cumbre se alza a 310 metros encima del nivel mar a 6 kilómetros detrás del Mar Menor y la Sima de las Palomas es una sima kárstica natural que se abre a 75 metros encima del nivel del mar en la solana de la ladera rocosa y desmantelada del Cabezo, según la página web oficial de la excavación, de la universidad de Murcia.
En el Pleistoceno Superior la sima, de 20 metros de profundidad, se rellenó de sedimentos con lajas y losas que conforman un conglomerado blando denominado breccia, rico en fósiles e implementos paleolíticos.
Hace cien años, este relleno fue vaciado en gran parte por mineros que quizás esperaban descubrir una de las diversas vetas del mineral de hierro denominado magnetita. La minería en el Cabezo había terminado completamente en 1917.
En 1991 un ecologista de la zona bajaba la sima por rápel cuando se percató de la presencia en la pared posterior de un fósil cuya limpieza en el laboratorio descubriría los maxilares superiores e inferior humanos de tipología Neanderthal.
El yacimiento ha ofrecido aproximadamente 150 fragmentos esqueléticos humanos que corresponden a 8 o 9 individuos como mínimo, algunos de los cuales posiblemente corresponden a Neandertales enterrados vivos por el derrumbe parcial de la visera mientras durmieron a lado del hogar excavado. EFE