La Consejería de Agricultura y Agua, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), coordina un proyecto europeo, denominado Sunrise, para el fomento de la innovación en la formación profesional agraria.
Dicho proyecto está cofinanciado por el Programa de Aprendizaje Permanente de la Dirección General de Educación y Cultura de la Comisión Europea (Leonardo da Vinci), que se inició en noviembre de 2007 y se desarrollará hasta octubre de 2009.
Según el director general de Modernización de Explotaciones y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, la formación profesional agraria “debe ser permanentemente renovada y adaptada a las nuevas condiciones y desafíos”. En este sentido apuntó que “existen experiencias ya implantadas en instituciones europeas que pueden ser adaptadas a las necesidades locales”.
A través del proyecto Sunrise se trata de transferir tres innovaciones desde instituciones proveedoras, con sede en Holanda y Finlandia, hasta las receptoras ubicadas en España (Centro Integrado de Formación y Experiencias Agrarias de Torre Pacheco), Bulgaria (Land Source of Income y dos centros de formación profesional agraria), Letonia (Europea LV, que agrupa a los centros de formación profesional agroalimentaria), Finlandia (SYI) y Holanda (Wellantcollege).
Innovaciones educativas
Según el responsable autonómico, la metodología del aprendizaje auténtico, también llamado cognición situada y aprendizaje situado, “permite que los estudiantes exploren, discutan y construyan conceptos y relaciones en contextos ligados a problemas y proyectos de la vida real, de relevancia para el estudiante”. Se promueven, por tanto, proyectos de trabajo reales, en contacto con empresas del sector.
Otra innovación destacable es la acreditación de competencias previamente adquiridas. Estas competencias, señaló García Lidón, “incluyen destrezas y actitudes obtenidas a través de procesos de formación no formal y experiencia laboral que, en muchos casos, no es valorada por los sistemas educativos”. Esa formación, añadió, sí es evaluada y valorada en otros países, dando como resultado: “motivación para que tanto jóvenes como adultos participen en sistemas formales de educación; reconocimiento oficial de sus competencias y programas educativos más realistas y personalizados”.
Finalmente las tendencias modernas se orientan a reforzar los vínculos entre la educación y el mundo empresarial. En este sentido, García Lidón apuntó que “la mayoría de los sistemas educativos europeos incluyen prácticas de estudiantes en empresas, en las que los tutores o formadores en el puesto de trabajo proporcionan apoyo y realizan el seguimiento de los avances del alumno”. En muchos países, añadió, “estos tutores han de adquirir una formación previa sobre destrezas educativas y sociales, mejorando así competencias que permiten optimizar el tiempo de aprendizaje del estudiante en la empresa”.
Estas innovaciones, señaló el director general, serán implantadas en las instituciones receptoras mediante el establecimiento de “equipos de trabajo mixtos” (socio proveedor-socio receptor), con la filosofía de “aprender haciendo” y contemplar “las adaptaciones pertinentes a las circunstancias del socio receptor”.
El proyecto incluye un plan de valorización, “con el fin de que los resultados sean implantados en los centros asociados y difundidos en el ámbito europeo”, concluyó Lidón. Asimismo, prevé un plan de gestión de calidad “que permite una evaluación continua y corregir y mejorar el proyecto en su desarrollo”.
La imagen corresponde al edificio del Centro Integrado de Formación y Experiencias Agrarias de Torre Pacheco, donde son transferidas las innovaciones de este proyecto europeo desde instituciones proveedoras con sede en Holanda y Finlandia.