12 de noviembre, Día de la Iglesia Diocesana

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12 de noviembre, Día de la Iglesia Diocesana

Este próximo domingo, 12 de noviembre, se celebra el Día de la Iglesia Diocesana bajo el lema Orgullosos de nuestra fe, una jornada para agradecer lo que la Iglesia es y hace, también para orar y colaborar económicamente ayudando al sostenimiento de la Iglesia Diocesana.

En su carta para la jornada de este año, el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, recuerda que estamos viviendo un proceso sinodal y que en 2024 se celebrará un nuevo Año Jubilar de la Vera Cruz de Caravaca. «Caravaca de la Cruz se convierte en este año en un foco de espiritualidad y de peregrinación, será para nosotros la luz que nos ilumina, el signo más grande del amor entregado. La cruz es el modo de amar propio de Dios».

El obispo nos invita a celebrar el Día de la Iglesia Diocesana sintiéndonos familia: «No por razón de la sangre, sino por una realidad que solo puede comprenderse desde la fe. Todos sabemos lo que significa y lo que exige ser Iglesia, como la asamblea de los que, por el Bautismo, hemos sido hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templos del Espíritu Santo. Somos la Iglesia, el Pueblo de Dios que acepta a Jesús como Señor y al Evangelio como estilo de vida; Iglesia que es sacramento universal de salvación, misterio de comunión, de amor y unidad, cuya fuente es Cristo».

En este día también se hace balance de la actividad celebrativa, pastoral, educativa, misionera, cultural, y caritativa y asistencial del pasado curso; los seis ámbitos en los que la Iglesia realiza su misión de evangelización y cuidado de los pobres.

La Iglesia celebra su fe a través de los sacramentos, que expresan y realizan una eficaz y profunda comunión entre los miembros de la comunidad. En 2022 se celebraron 8.349 bautizos, 4.408 confirmaciones, 9.495 primeras comuniones y 1.689 matrimonios.

La pastoral es otra de las actividades fundamentales de la Iglesia que se sustenta en los 429 sacerdotes diocesanos, 3.960 catequistas repartidos en 292 parroquias, 550 religiosas y religiosos, 135 monjas contemplativas y 67 seminaristas (15 en el Seminario Menor San José, 32 en el Seminario Mayor San Fulgencio y 20 en el Seminario Diocesano Misionero Internacional Redemptoris Mater).

La educación de la fe es un pilar de la vida eclesial que se desarrolla en 41 centros católicos concertados en la Región de Murcia, en los que 2.199 docentes forman a 30.458 alumnos.

Por el Bautismo, todos los cristianos estamos llamados a la misión, sin embargo, hay quienes han recibido una vocación específica para dedicar su vida a la misión ad gentes. La Diócesis de Cartagena cuenta con 102 misioneros y 10 familias en misión en diferentes lugares del mundo.

La cultura es otra forma de mostrar lo que la Iglesia es y hace, a través del cuidado y conservación de su patrimonio, con 57 bienes inmuebles de Interés Cultural y 5 proyectos de construcción y rehabilitación; o a través de la celebración de 21 fiestas religiosas en la Región de Murcia de Interés Turístico Internacional, Nacional y Regional.

Y, por último, y no menos importante, la Iglesia es también caridad, es entrega sobre todo hacia los más descartados de la sociedad. Una labor que se realizó en 2022 en 172 centros en los que se atendió a 88.708 personas. Entre esos centros hay 97 para mitigar la pobreza, en los que se ayudó en 2022 a 79.636 personas; 21 centros de menores y jóvenes, y otros centros para la tutela de la infancia, con 2.309 personas atendidas; 13 casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad, en las que se cuidó a 1.261 personas; 24 centros para promover el trabajo, donde se dio una oportunidad a 3.063 personas; 14 centros de asistencia a inmigrantes y refugiados, que acogieron a 2.417 personas; y 28 proyectos de cooperación al desarrollo en diferentes lugares del mundo con 5.339 personas beneficiadas de forma directa e indirecta. Toda esta labor se desarrolló gracias a las personas que trabajan en estos proyectos y también a la labor de 2.805 voluntarios de Cáritas y 92 de Manos Unidas.

Una gran labor que hay que sostener

La Iglesia diocesana se sustenta principalmente por las aportaciones directas de los fieles, lo que supuso en 2022 el 39,06 % de sus ingresos. El 25,79 % se perciben de otros ingresos corrientes y también se recibe dinero de la asignación tributaria, que llega a la Diócesis del reparto que realiza el Fondo Común Interdiocesano, de lo que se percibió en 2022 el 21,44 %. En torno al 5,28 % estarían otros ingresos extraordinarios y con un 2,77 % los ingresos de patrimonio y otras actividades, y el 5,66 % haría referencia a la necesidad de financiación.

Este dinero, 28.486.679,22 euros, se utilizó para la conservación de edificios y gastos de funcionamiento (el 40,80 %), la retribución del clero (19,35 %), las aportaciones pastorales y asistenciales (16,32 %), otros gastos extraordinarios (14,20 %) y la retribución del personal seglar (9,33 %).

«Nuestros números son clarísimos, damos cuenta cada año en este día del balance económico del año anterior, lo hacemos con total transparencia», destaca el ecónomo diocesano, José Carrasco.

Las aportaciones voluntarias de los fieles se pueden realizar directamente en cada parroquia o gestionarse a través del programa Por tantos; con este dinero se contribuye, entre otras cosas, a realizar diferentes acciones pastorales y asistenciales en las parroquias, a la conservación de los edificios y a ayudar a sufragar los gastos en los seminarios.

Los donativos pueden realizarse de dos maneras: domiciliando un pago a través del formulario que adjuntamos (al final del documento PDF) o bien realizando un ingreso online en la web Dono a mi Iglesia, un portal web desarrollado por la Conferencia Episcopal Española, que permite, con un sencillo procedimiento, hacer llegar los donativos a cada una de las 23.000 parroquias que existen en España, a las diócesis o bien directamente a la Conferencia Episcopal.

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