Desde El Pupitre de Pilu continúa analizando el acoso escolar en España, y abre un nuevo debate: la formación y los protocolos cuando hay bulliyng en las clases. Cuando se presenta en un colegio un caso de acoso escolar, lo más importante es identificarlo a tiempo, y para ello se necesita la ayuda de los alumnos, pero también es muy importante la de los profesores que pasan tantas horas con ellos.
Pilu Hernández Dopico, maestra, formadora de formadores y CEO del Pupitre de Pilu advierte: "Hay formación y protocolos cuando hay indicios de acoso, pero se tendría que hacer antes de que haya estallado el problema. Yo he vivido algún caso de bullying como docente y creo que hay demasiados muros, el protocolo es demasiado denso hasta poder denunciar el problema. Y las soluciones, en muchas ocasiones tampoco son las mejores, ¿por qué se tiene que ir la víctima del centro?", y añade: "Lo más común es que el acosado se tenga que marchar a otro cole, y en cambio el acosado sigue permaneciendo en él sin más"
De esta manera, la experta hace hincapié en que más que formación, lo necesario es que los profesores estén atentemos a las reacciones de la clase: "Hay cosas en las que no hace falta que nos formen. Nos pueden formar en cómo actuar cuando un alumno tiene un coma diabético y enseñar a ponerle el medicamento, por ejemplo, pero cuando un docente entra por primera vez a un aula en una hora ya es capaz de identificar cómo es cada alumno y su personalidad. Incluso nos podemos dar cuenta de los líos que hay entre compañeros enseguida, el problema es querer involucrarse".
La CEO de El Pupitre de Pilu señala que muchos profesores tienen miedo de destapar los casos de acoso escolar porque en muchas ocasiones se quedan solos. Hay muchos factores a tener en cuenta, desde la influencia de la familia del acosador hasta la configuración del equipo directivo, que muchas veces lo quieren tapar.
Desde El Pupitre de Pilu hablan del "triángulo del bullying", de las personas implicadas: víctima, acosador y espectadores. En un centro educativo esos acosadores pueden ser, tanto menores, como adultos y actúan de diferente forma. "Los espectadores cuando son menores suelen callar por miedo a que se ensañen con ellos o porque de una forma u otra están disfrutando. En cuanto a los adultos, nos podemos encontrar con varios tipos. Por una parte, los que miran hacia otro lado. Y por otra, los que denuncian, aunque, por desgracia, algunos se topan con muros y burocracia y acaban tirando la toalla", explica Hernández Dopico.
La experta concluye que, aunque los profesores son muy importantes para acabar con la lacra del bullying, hay momentos en los que no está de su mano poder hacer nada más y que una buena solución sería crear comisiones anti acoso en todas las consejerías de educación con el objetivo de ir a los centros e interesarse por cada caso.