La mayoría de los políticos no suelen tener en cuenta a la familia, la toman como una cuestión menor, a pesar de que es la institución más valorada por los españoles. La situación de la familia en España es la más valorada por la personas en las encuestas. Los fines fundamentales son la transmisión de la vida, la educación de los hijos y la ayuda mutua entre sus miembros.
No se puede proponer una política de apoyo a la familia ni pretender que las administraciones propongan soluciones, medidas o alternativas, sin conocer la realidad de la familia, sus problemas, carencias y necesidades. La familia genera capital social, por lo que todo apoyo a la institución familiar, constituye la inversión más rentable para el conjunto de la sociedad.
La familia es el termómetro de la sociedad, de manera que familias estables y fuertes, producen ciudadanos estables y sociedades fuertes. Desde el desplome del número de matrimonios y la multiplicación de las parejas de hecho, pasando por el incremento vertiginoso de las rupturas familiares (ya sean en forma de separaciones o divorcios), la fragmentación y el vaciamiento de los núcleos familiares, la disminución de la natalidad, la trivialización de las relaciones de pareja, el aumento de los abortos, pasando por la confusión en el mismo concepto de familia, son síntomas claros y evidentes de esta crisis.
La familia ha demostrado históricamente ser una institución capaz de sobrevivir a todo tipo de tragedias y desdichas, hayan sido provocadas artificialmente o surgidas de manera natural. La familia es como la energía, ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.
Resulta que la familia española sigue siendo el lugar de encuentro entre las distintas generaciones-los padres, los hijos (jóvenes solteros que rondan la treintena y que siguen viviendo con sus padres) y progenitores que se mudan al domicilio de los hijos. La fidelidad como apoyo mutuo y el proyecto de vida en común, son valores que dan estabilidad a su relación. Aunque se hable mucho en la actualidad de la crisis de la familia, la realidad es que es la institución social que más tiempo ha perdurado entre nosotros, la más antigua, con mayor vigencia en la actualidad y, sobre todo, la que más futuro tiene.
No existe una ley de familia, lo que provoca que, a falta de un marco de referencia, la familia sufra los efectos y vaivenes de los cambios de gobierno. No existe un plan Integral de Apoyo a la Familia, lo que provoca la implementación de medidas aisladas, puntuales y cortoplacistas que no inciden sobre las causas o simplemente son electoralistas o demagógicas. Medidas en definitiva, que no ayudan de una manera eficaz a la familia.
Cualquier sistema fiscal debe estar basado en un principio de equidad de manera que se trate igual a los iguales y de manera diferenciada a los que son diferentes, así, la principal carga fiscal que afecta directamente a la familia, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), no solo desprecia a la familia como institución sino también las funciones sociales que cumple.
La familia es el primer y mejor centro de educación. Sin las familias todo el sistema educativo carecería de cimientos. Es la familia donde comienza el desarrollo de la personalidad humana, la forja y transmisión de VALORES sustanciales. Es un colchón de amortiguamiento de los efectos dramáticos de problemas como el paro, las enfermedades o la dependencia, la dificultad de acceso a una vivienda, las crisis familiares, las drogodependencias o la marginalidad.
Un país sin personas no contará con el Capital Humano necesario para seguir generando riqueza, y en este contexto, la familia es el motor del desarrollo económico y social de un país, porque es quien aporta el principal activo de la sociedad: las personas. La política familiar se debe computar más como una inversión que como un gasto.
Desde VALORES solicitamos la creación de un Ministerio de Familia, con apoyo decidido a las familias numerosas y creación de cheque servicio que subvencionen parte de las necesidades familiares como los libros escolares, transporte público, etc. Establecer bonificaciones proporcionales al número de miembros de las familias en otro tipo de suministros básicos como la luz, gas, o acceso a bienes culturales. Tratar las bajas por enfermedad relacionadas con el embarazo como baja por maternidad, cero coste para la empresa, conciliación vida familiar y laboral, fomento del teletrabajo y trabajos de media jornada.
Como conclusión, en VALORES creemos que:
- Apostar por la familia es sembrar contra el individualismo y la soledad crónica que vive el ser humano en nuestros días.
- Apostar por la familia significa dar a la sociedad de hoy, con frecuencia atribulada por el desánimo y angustiada por las dificultades crecientes del día a día, razones de confianza en sí misma.
- Apostar por la familia es tener la convicción de que la familia transmite con mayor intensidad los valores y virtudes, por ser el lugar óptimo para la maduración de las personas.
- Apostar por la familia es crecer, en definitiva, que vivir en familia es enseñar la vida como una vocación al amor.
Es evidente que el futuro de la sociedad pasa a través de la familia y, por ello, todos estamos llamados, en el momento presente, a la gran tarea de construir y reforzar la FAMILIA.
Rodolfo Espina Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización VALORES