Cada miembro de una familia es diferente. Con independencia de las características genéticas, lo cierto es que cada uno presenta comportamientos o características propias que le hacen especial. Cuando en una familia hay más de dos hijos se suele decir que el del medio es el “hijo olvidado”, el que no llama la atención porque, ni es el mayor y, por tanto, pionero; ni el pequeño y necesitado de más cuidados.
Según varios estudios el orden de nacimiento puede influir en algunos rasgos de personalidad de cada individuo, así el denominado “hermano sándwich”, suele ser más independiente y menos apegado a la familia.
Para evitar esta sensación de desapego Diana Camín, psicóloga de BluaU de Sanitas recomienda “conseguir un trato igual para todos los hijos, sobre todo en edades tempranas, reconocer los méritos y siempre evitar las comparaciones, puesto que puede acrecentar ese sentimiento. Además, es recomendable potenciar las actividades en familia, para que perciban que forman parte del grupo y su participación es igual de importante que la del resto, al igual que dedicar a cada hijo de forma individual parte de nuestro tiempo, cada hijo debe notar que se le presta atención”.
Estos planes no tienen que ser solo vinculados a momentos de ocio, sino que pueden incluirse otras actividades como el reparto de las tareas domésticas, o las visitas y revisiones dentales. “Es habitual recibir en clínica a familias completas que acuden a hacerse una revisión. Aprovechar e ir juntos al dentista les ayuda también a reducir ese miedo que a veces se crear al acudir a consulta, especialmente entre los más pequeños”, explica Manuela Escorial, odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental.
Así, con motivo de la celebración el próximo 12 de agosto del día mundial del hijo mediano, el equipo de Sanitas Dental no se olvida de estos hermanos, por lo que detalla los cuidados que se deben mantener a nivel general para que toda la familia disfrute de la mejor salud bucodental, ya que las rutinas de higiene bucal que incorporemos en los niños sentarán las bases de toda su vida.
- Cepillado diario. Se recomienda cepillar los dientes y la lengua después de cada comida. Es mejor esperar algunos minutos tras la ingesta, puesto que los ácidos derivados de este proceso pueden perjudicar el esmalte.
“Inculcar este hábito entre los pequeños de la casa puede reforzar el vínculo entre hermanos y padres si se realiza como una actividad grupal y familiar. También se puede utilizar como un momento de cuidado individual para cada niño, reduciendo así la sensación "de hijo invisible", continúa Diana Camín, psicóloga.
- Uso de seda dental. La seda ayuda a alcanzar las zonas donde el cepillo no llega, especialmente entre los dientes, lo que ayuda en una mejor higiene a la vez que previene infecciones.
El uso de seda dental en los más pequeños no es necesario hasta los tres o cuatro años, y hasta los ocho o 10 años deben recibir ayuda y ser supervisados. Se pueden utilizar sujetadores de hilo en diversos tamaños adaptados a sus necesidades.
- Mejor alimentación. Si bien una correcta alimentación es fundamental para mantener un organismo sano, también influye directamente sobre la salud de los dientes. Productos azucarados o con exceso de colorantes pueden dañar el esmalte y provocar la aparición de caries.
- Revisiones periódicas. Acudir al dentista al menos una vez al año ayuda en la prevención de posibles afecciones, además, el profesional garantiza que los cuidados se están realizando correctamente y puede establecer recomendaciones ante posibles necesidades.
- Uso de ortodoncia. Si algún miembro de la familia necesita ortodoncia o algún tratamiento especial, la higiene debe ser aún más exhaustiva, puesto que pueden quedarse restos de comida entre los aparatos dentales que deriven en problemas como caries o inflamación en las encías.
Inculcar unos buenos hábitos de higiene y acudir en familia a las revisiones ayudará tanto a proteger la salud bucodental como a reforzar lazos y vínculos entre todos los miembros.