Hoy, 20 de junio de 2021, Día Mundial de las Personas Refugiadas, desde Fundación Cepaim, queremos recordar la necesidad de habilitar vías legales y seguras para garantizar que las personas solicitantes de protección internacional puedan ejercer su derecho al asilo, participando como ciudadanía en la vida pública a nivel social, cultural, económico y político. De igual forma queremos poner en valor el Sistema Nacional de acogida a solicitantes y beneficiarios de protección internacional, destacando sus fortalezas para desde esa posición identificar sus debilidades, reforzándolo y consolidándolo como un sistema mixto de cooperación entre las Administraciones Públicas y las entidades sociales especializadas.
Crisis, Emergencia, Conflicto, Desplazamiento, Diplomacia, Cooperación…Diversos han sido los apelativos que, durante este año han acompañado a la palabra "refugio". Tanto es así que la situación de refugio y protección internacional ha ocupado un lugar central, no solo en la cabecera de nuestros informativos, sino en la agenda política de organismos nacionales y supranacionales.
La centralidad del debate no se ha traducido en una mejora en el reconocimiento del derecho de asilo, un derecho fundamental reconocido tanto en la Declaración Universal de Derechos Humanos, como en la Convención de Ginebra, la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y nuestro texto constitucional.
Hoy, 20 de junio de 2021, desde Fundación Cepaim queremos reconocer y valorar a todas aquellas personas que, por fundados temores de persecución, han debido dejar atrás todo aquello que les pertenecía: sus hogares, sus familias, sus amistades, su profesión, su entorno, sus recuerdos, sus anclajes emocionales, el olor de su tierra o el sonido de sus calles.
Hablamos de personas que lo han perdido todo, pero a las que jamás les podrá ser arrebatada su capacidad de supervivencia, de superación y resiliencia, a la vez que su necesidad de protección y, sobre todo, la posibilidad de ejercer su Derecho de Asilo, garantizado en nuestra normativa estatal e internacional.
Continuamos inmersos en uno de los mayores retos que como sociedad hemos debido afrontar en los últimos años. Una crisis sanitaria, social y económica devastadora, como consecuencia de la COVID19, que ha limitado el movimiento humano, pero no las causas del mismo. Una crisis que ha evidenciado la necesidad de reforzar nuestro pilar social, y sobre todo, garantizar la protección de las personas más vulnerables.
Durante este año hemos podido vivir la fragilidad de la sociedad y cómo, de un momento a otro, nuestras vidas pueden cambiar. Todos podemos vernos en un futuro como una persona refugiada, obligada a abandonar nuestra tierra. Hoy más que nunca no podemos permitirnos el discurso del odio, el racismo, la xenofobia y la discriminación; es urgente trabajar unidos desde nuestras diferencias para hacer posible avanzar en la senda de la justicia social, la igualdad, la convivencia, la solidaridad y la interculturalidad.
En situaciones de conflicto, de crisis, de imprevisibilidad es imprescindible garantizar y fortalecer nuestro sistema de acceso al Asilo y la Protección Internacional. Es por ello que hoy, Día Mundial de las Personas Refugiadas, necesitamos credibilidad, legitimidad y certidumbre en la aplicación y respeto de los derechos humanos.
Lejos de cesar, los desplazamientos humanos continuarán aumentando, sumando a los factores de persecución regulados por la Convención de Ginebra y nuestra normativa estatal mediante la Ley 12/2009, aquellos emanados por la crisis social, económica, medioambiental y sanitaria derivada de la COVID19. Tenemos un enorme reto que asumir, como es la salvaguarda de nuestros valores de justicia social, y garantizar que se habiliten vías de acceso seguras y dignas para las migraciones y, en especial, para el acceso y el ejercicio del Derecho de Asilo y Protección Internacional, evitando las muertes en el tránsito y la utilización de las necesidades humanas por las mafias que impulsan el tráfico de seres humanos.
No podemos olvidar acontecimientos como los vividos en Ceuta o Canarias y la necesidad de velar por el cumplimiento procesal y material en el ámbito de los Derechos Humanos, especialmente con aquellos colectivos más vulnerables.
La estrategia de la Unión Europea de externalizar las fronteras a terceros países, no ha obtenido resultados satisfactorios desde la perspectiva del bienestar de las personas en busca de asilo y protección internacional, ni desde el cumplimiento de los Derechos Humanos. Estas personas ven agravado su sufrimiento en campamentos con un futuro incierto y en muchos casos cayendo bajo el control de traficantes de seres humanos. La Unión Europea no puede ni debe olvidar sus valores, y las personas en busca de asilo y protección no pueden ni deben ser moneda de cambio para intereses particulares de los países.
Nos preocupa el cumplimiento y desarrollo del nuevo Pacto de Migración y Asilo de la UE como propuesta de hoja de ruta para los próximos años, deseando que se refuercen las políticas de integración, de convivencia y ciudadanía.
Hoy queremos poner en valor el Sistema Nacional de acogida a solicitantes y beneficiarios de protección internacional, destacando sus importantes fortalezas para, desde esa posición, identificar sus debilidades con el objetivo de reforzarlo y consolidarlo como un sistema mixto de cooperación entre las Administraciones Públicas y las entidades sociales especializadas.
Hoy, más que nunca: #YoSoyRefugio
Fundación Cepaim trabaja desde 1994 para promover un modelo de sociedad inclusiva e intercultural que facilite el acceso pleno a los derechos de ciudadanía de las personas más vulnerables de nuestra sociedad y, de forma especial, de las personas migrantes.
Actualmente estamos presentes en 9 comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Madrid, Murcia y Valencia), la ciudad autónoma de Ceuta y con presencia propia en Senegal. Con un total de 37 centros territoriales ponemos el acento de nuestra intervención directa con población en riesgo de exclusión social en los barrios de los territorios donde nos ubicamos, trabajando en materia de Acogida y Protección Internacional, Vivienda, Inserción laboral y Formación, Acción Comunitaria, Igualdad, Gestión de la Diversidad y No Discriminación, Desarrollo Rural y Emprendimiento, y Cooperación al Desarrollo y Codesarrollo.