Casi el 30% de las mujeres participantes en los programas de empleo de Acción contra el Hambre consideran que la pandemia ha limitado sus oportunidades laborales, frente al 15,5% de los hombres.
Una encuesta sobre las necesidades durante la pandemia de los usuarios y usuarias de nuestros programas también muestra que el 23% de las mujeres con menores a cargo no han tenido acceso al ordenador siempre que lo han necesitado (frente al 14,9% de los hombres).
Solo una de cada tres mujeres encuestadas ha tenido acceso a un empleo de más de 1000 euros. En el caso de los hombres son dos de cada tres
El grupo que ha sufrido mayor malestar psicológico ha sido el de mujeres menores de 30 años, especialmente aquellas con menores a su cargo.
“Las mujeres son uno de los colectivos que más está sufriendo las consecuencias económicas y sociales de esta crisis sanitaria, con implicaciones significativas para su salud en sentido amplio”, es la principal conclusión de la encuesta que Acción contra el Hambre acaba de realizar entre 2138 personas participantes en los programas de empleo inclusivo de la organización.
El desempleo femenino del último trimestre de 2020 fue del 18,3%, cuatro puntos más alta que la tasa de paro masculino, según el Instituto Nacional de Estadística. Estos datos muestran cómo la brecha de género laboral ha crecido por la crisis del coronavirus: en el mismo trimestre de 2019, la tasa de paro femenina era tres puntos menos -15,5%-, y la de hombres de 12,23% -, dos puntos menos que en 2020.
Ellas acceden menos a salarios por encima de los 1000 euros
El estudio de Acción contra el Hambre también recoge las condiciones laborales tanto de hombres como de mujeres en este último año. La diferencia vuelve a salir a la luz. Solo una de cada tres participantes mujeres consigue un contrato por 1000 euros frente a dos de cada tres hombres que sí lo alcanzan.
El índice de empoderamiento –un indicador que Acción contra el Hambre recoge entre las personas usuarias de sus programas, atendiendo a si considera que ha mejorado su situación en el mercado de trabajo, se encuentra con más motivación y si ha mejorado su entorno familiar- ha descendido en este 2020, tanto en hombres como mujeres. "Al empeorar la situación económica y laboral global en España, las personas han percibido que su situación en el mercado de trabajo es peor que el año anterior, por las dificultades para encontrar empleo, la precarización, etc.”, declara Lorena Hernández, responsable de los programas de empleo en Acción contra el Hambre.
Las mujeres han liderado los cuidados de mayores y niños mientras cubrían trabajos esenciales durante el confinamiento
Durante esta crisis, las mujeres han ejercido como líderes y personal de respuesta en primera línea. “Están liderando el trabajo de cuidados, se encargan de la limpieza de hospitales, son auxiliares de enfermería, enfermeras, médicas, farmacéuticas, dependientas de supermercados, etc. Las mujeres son las principales cuidadoras de la infancia y de las personas mayores. Y somos las que mayoritariamente atendemos la intendencia de la casa y sus múltiples tareas”, manifiesta Hernández.
Al mismo tiempo, los trabajos precarios e informales, que está encabezados por mujeres, han sido los más perjudicados. “Especialmente grave ha sido el caso del empleo doméstico, reducido drásticamente desde el confinamiento. Estos sectores, copados por mujeres, han dejado de reportar ingresos”, manifiesta la experta en empleo. En este sentido, casi el 30% de las mujeres encuestadas consideran que la pandemia les ha limitado sus oportunidades laborales (frente al 15,5% de los hombres). Cuando se trata de familias con hijas/os, en el caso de las mujeres, este porcentaje sube al 44%, frente al 17,6% en el caso de los hombres con hijas/os.
Brecha digital femenina
El equipo técnico de Acción contra el Hambre ha constatado que “mujeres participantes de nuestros programas de empleo que habían decidido volver a formarse se han visto privadas de esta posibilidad al no disponer de dispositivos electrónicos o al tener que dedicar todo el tiempo a los cuidados de la familia”. De hecho, casi el 23% de las mujeres con hijas/os no han tenido acceso al ordenador siempre que lo han necesitado (frente al 15% de los hombres con hijas/os). Si está situación se mantiene en el tiempo, “las mujeres estarían todavía más expuestas a caer en exclusión”, manifiesta Hernández.
El desempleo ha originado más ansiedad en mujeres que en hombres
“Hemos observado un aumento de ansiedad, depresión, trastornos del sueño o pensamientos derrotistas entre las personas participantes de nuestros programas de empleo y emprendimiento”, indica Hernández. El 39,3% de las mujeres han manifestado haber sufrido muchas veces o de forma constante malestar psicológico durante la pandemia. Y si se trata de familias con hijas/os, en el caso de las mujeres, este porcentaje sube al 40,9% frente al 27,1% de los hombres. El grupo que ha sufrido mayor malestar psicológico ha sido el de mujeres menores de 30 años, especialmente aquellas con menores a su cargo.
La pandemia no solo ha impactado en la salud mental de las personas desempleadas, sino que ha traído consigo que “muchas de ellas, las más vulnerables, abandonaran la búsqueda de empleo por miedo al contagio, por considerar que las oportunidades de encontrar un empleo en esas circunstancias eran escasas o por no poder conciliar su vida familiar y profesional”.
Acción contra el Hambre favorece el acceso al empleo de las mujeres
En 2020, el 67% de las personas participantes en programas de empleo y emprendimiento eran mujeres y, tras su paso por los distintos itinerarios formativos y competenciales, más del 40% han conseguido volver al mercado laboral trabajando por cuenta ajena y se han creado 50 negocios por parte de mujeres.