Estas fiestas serán muy distintas para todos. No habrá grandes reuniones familiares, no habrá abrazos, no habrá cenas de empresa. Para seis millones de personas en España serán, además, sus primeras fiestas al borde de la pobreza y la exclusión social.
Acción contra Hambre, que desde marzo ha apoyado a las familias más vulnerables en España con tarjetas monedero para la compra de alimentos y productos de primera necesidad, quiere ahora pedir un esfuerzo adicional de cara a un momento tan entrañable: “exhaustos tras nueve meses de pandemia pero también rebosantes de solidaridad, todos quienes quisieran tener la oportunidad de poner un plato esta Navidad en un hogar con todos sus miembros en paro o en la mesa de los pequeños emprendedores que han echado el cierre a sus negocios, tienen la oportunidad de hacerlo de la mano de Acción contra el Hambre”, explica Laura Fontanet, directora de comunicación y fundraising de Acción contra el Hambre.
Cenas de empresa transformadas en solidaridad
Las empresas que este año no podrán cerrar el año con el tradicional encuentro de su equipo humano tienen en esta propuesta de Acción contra el Hambre la posibilidad de destinar las partidas previstas para este evento a un esfuerzo solidario con quienes peor lo están pasando en nuestro país: “desde Acción contra el Hambre estamos convencidos de que tanto empleados como consumidores apreciarán y reconocerán el gesto de las empresas”, añade Fontanet.
Acción contra el Hambre de la COVID-19
Nuestra organización trabaja desde marzo para paliar los efectos socioeconómicos de la pandemia en más de 50 países. La pandemia dejará este año a 265 millones de personas (135 millones más de las previsiones de inicio de año) en situación de crisis alimentaria, según datos de Naciones Unidas. En España, hemos puesto en marcha una intervención de emergencia para la entrega de tarjetas monedero electrónicas a las familias más vulnerables participantes en nuestros programas de empleo y emprendimiento. “Estas tarjetas, ya utilizadas por nuestra organización en otros contextos de emergencia, tienen costes logísticos mucho menores que las distribuciones de alimentos y evita el estigma de las colas del hambre”.