Toledo, 24 nov (EFE).- Jamal E., el acusado de un intento de homicidio al empujar a su compañera sentimental desde el balcón de su vivienda tras propinarle un puñetazo en el ojo en Santomera (Murcia) el 4 de febrero de 2006, ha manifestado hoy durante el juicio oral que fue ella quien se precipitó sola al vacío.
Durante la vista oral, que se ha celebrado en la Audiencia de Toledo, ciudad en la que residía la víctima en el momento de la presunta agresión, el acusado, de 30 años, nacionalidad marroquí y sin antecedentes penales, ha negado que viera o hablara durante el día de los hechos con su novia, K.E.M, de 28 años de edad y también marroquí.
Según el relato de Jamal y de su letrado, mantuvo durante "algo más de dos años" una relación extra matrimonial con la mujer, que quería casarse con él y que al sentirse "despechada y abandonada" se "precipitó por el balcón" sin que él estuviera presente, pues se encontraba en un bar.
Esta versión no coincide con la ofrecida ante el tribunal por la denunciante, que ha pedido no tener ningún contacto visual con el acusado "dado su estado psicológico y el miedo insuperable al recuerdo".
K.E.M. ha contado que el 4 de febrero de 2006 se desplazó a Santomera para reclamar al que todavía era su novio un dinero que le había prestado, en un momento en el que la relación estaba "un poco deteriorada".
La joven ha explicado que se produjo una discusión en la que hubo insultos por ambas partes y que, tras recibir un puñetazo en su ojo izquierdo por parte del acusado, salió al balcón a pedir auxilio.
Acto seguido, ha añadido, su novio la empujó, por lo que se precipitó al vacío desde un segundo piso y una altura estimada por los peritos en casi cinco metros.
La denunciante ha tratado de explicar al tribunal por qué no acusó a Jamal en su declaración ante la Guardia Civil.
Según K.E.M., nada más caer sí señaló a su novio como culpable de la agresión ante la Policía Local y los vecinos que la auxiliaron, pero luego cambió su testimonio por miedo a Jamal, por temor a que su familia conociera la relación que mantenían y, además, ha agregado, porque "estaba enamorada".
De hecho, ha reconocido que tras los hechos mantuvo su noviazgo con el acusado, que no llegó a ingresar en prisión, y que la relación se rompió en mayo de 2006, tras un viaje que realizaron juntos a Marruecos durante el que K.E.M. confesó a su familia lo que había sucedido y le aconsejaron que denunciara a Jamal.
También ha prestado declaración uno de los hermanos del acusado -que además está casado con una hermana de la víctima-, que ha respaldado la versión de Jamal.
Según ha indicado, él estaba solo con K.E.M. en una casa en la que habitan varios familiares de Jamal, cuando, tras una conversación telefónica de la chica y mientras él estaba en la cocina, ésta se lanzó por el balcón.
El testigo ha mantenido que en lugar de auxiliar a la joven decidió ir en busca de su hermano y que, cuando le encontró, se dirigieron al hospital, donde Jamal fue detenido.
Por su parte, la propietaria del bar en el que Jamal ha manifestado que se encontraba durante los hechos ha negado que el acusado hubiese estado en su local y ha añadido que él "nunca estuvo allí".
Un vecino que ha dicho vivir en el domicilio que se encuentra enfrente al que se produjeron los hechos ha expuesto que escuchó "gritos de socorro" y que, al asomarse por la ventana, vio a la mujer tendida en el suelo.
Los psicólogos que han comparecido en el juicio en la prueba pericial han explicado que la joven sufre un trastorno por estrés postraumático crónico, así como numerosas secuelas de las que "va a tardar mucho en reponerse, si es que lo logra".
Los médicos que la atendieron han añadido que las lesiones de la afectada fueron "graves" y que "podrían haberle causado la muerte" de no haber recibido asistencia urgente.
K.E.M sufrió diversas fracturas y contusiones de las que tardó en curar 115 días, 33 de ellos hospitalizada, durante los cuales estuvo imposibilitada para llevar a cabo sus tareas cotidianas.
El fiscal ha mantenido la petición de pena de ocho años de cárcel para el acusado, mientras que la acusación particular ha solicitado "una pena en grado máximo" por las secuelas que padece la mujer.
Por su parte, la defensa, partidaria de que no se aplique el agravante de parentesco que solicita el ministerio fiscal y la acusación particular, puesto que tanto el acusado como la afectada no convivían juntos, se ha reafirmado en la inocencia de Jamal, por lo que ha pedido su absolución o, en último caso, una condena por un delito de lesiones.
Asimismo, el letrado ha excusado las contradicciones existentes entre la versión de su patrocinado y la del hermano de éste en la dificultad de ambos (que han sido traducidos por un intérprete) para comprender y hablar español. EFE