San Pedro y el poder de atar y desatar

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Artículo de opinión de José Antonio Carbonell

San Pedro y el poder de atar y desatar

Este municipio que está en las riberas del mar Mediterráneo y del Mar Menor es un gran destino para pasar la época estival e incluso para vivir de forma perenne, ya que es un lugar privilegiado con playas que no tienen nada que envidiar a ninguna otra: El Mojón, La Llana o Torre Derribada son algunas de ellas.

Pero este municipio, bueno más bien los que lo han gobernado durante más de dos décadas, no se han preocupado de los pequeños comercios, porque cada día son más las empresas las que dan el cerrojazo. La hostelería debería ser un sector que funciona a las mil maravillas por la afluencia de personas que acoge el lugar, pues no, no es así, porque los restaurantes y bares de la zona apenas sobreviven durante la primavera, el otoño y el invierno. El Ayuntamiento tampoco es que ayude a estos locales, al contrario, les pone trabas y zancadillas, por lo que resulta muy complicado aguantar hasta la época de verano, que es la única en la que se puede respirar.

Un claro ejemplo es un restaurante emblemático, "El Parras". El Ayuntamiento después de 25 años de cesión, avisa a este empresario de que tiene que abandonar el local porque se ha decidido poner en su lugar un centro cultural. Este local ha dado numerosos puestos de trabajo desde su inicio y esto es lo que hay que tener en cuenta. Este Ayuntamiento tiene mucho trabajo por hacer y por decir algo, pues decir que sus calles no están preparadas ni habilitadas para personas que se desplazan en sillas de ruedas, ni para invidentes. Las calles están repletas de socavones, los cuales hacen pedazos la amortiguación de los vehículos, pero el impuesto de circulación religiosamente hay que pagarlo. A la Policía Local, a pesar de ser un pilar importante para la seguridad ciudadana, se les debe muchas horas extras, por lo que esto acaba afectando negativamente a la seguridad de la ciudadanía.

El sector del taxi, si nadie lo remedia, va a desaparecer más pronto que tarde.

Y la juventud del municipio tampoco lo tiene nada fácil, porque sin empresas y con innumerables locales que han cerrado, tendrán que buscar oportunidades fuera de su entorno. Pero no es algo que preocupe al Consistorio, ya que no propone iniciativas para una mejora local.

No se fomentan las bellezas del lugar, San Pedro del Pinatar no tiene una corporación local que esté a la altura y como murciano de adopción opino que ha llegado la hora de dejar paso a las nuevas políticas frescas, pensamientos e ideas que cambien las cosas. La gente está harta de ver las mismas caras, esas que no hacen nada por mejorar las vidas de los pinatarenses, así que en mayo hay otra oportunidad para elegir savia nueva, gente trabajadora que nos de el lugar que merecemos.

José Antonio Carbonell Buzzian

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