Las misiones permitieron integrar a las comunidades indígenas dotándolas de los conocimientos que les permitiera incorporarse en condiciones de igualdad a la sociedad de la época, una época que a diferencia de la América anglosajona destacaba por el mestizaje.
España dominó territorios norteamericanos desde el Atlántico hasta el Pacífico. España dominó vastísimos territorios de lo que hoy son los Estados Unidos de América durante más de tres siglos. Desde que Ponce de León puso sus pies en la península de Florida en 1513 hasta que en 1821 se arrió la última bandera rojigualda, fueron 308 años de dominio hispano que se extendió desde el Atlántico hasta el Pacífico.
El primer occidental que pisó el territorio de los Estados Unidos y permaneció en él fue Ponce de León, a partir del 2 de abril de 1513. El primer libro redactado dentro de los confines del país se debió al hermano Báez, jesuita de las misiones de Georgia en 1569, y España también llevó a Norteamérica la primera representación teatral. Más aún, el primer “Thanksgiving Day” de Norteamérica lo celebró Pedro Menéndez de Avilés tras fundar San Agustín de la Florida el 8 de septiembre de 1565, mediante una misa y una comida de hermandad celebrada entre españoles y nativos Saturiwa, 56 años antes que los peregrinos de Playmouth Rock. Y también el segundo, en este caso el 30 de abril de 1598, cuando 600 colonos españoles, encabezados por Juan de Oñate, atravesaron el río Grande en El Paso -Texas-, y celebraron junto con los indios Mansos.
España ayudó a los ciudadanos de las trece Colonias con dinero, armas, munición, mantas y vestuario, y finalmente con ayuda militar directa. Tal como reconoció el propio George Washington, sin la ayuda de España no hubiera sido posible su triunfo, está referencia se ha puesto de moda a raíz de las declaraciones que realizó el Presidente de los EEUU delante del Rey «Dicen que no hubiéramos sido un país independiente sin vosotros»