Las tremendas dificultades económicas que desde hace cuatro años están viviendo algunas de las empresas suministradoras del Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar por la falta de acuerdo entre los partidos con representación Municipal, parece tener fecha de caducidad y, por fin, ha surgido el milagro del acuerdo entre nuestros insignes gobernantes.

Muchas de estas deudas son consecuencia de obras contratadas, al parecer, sin dotación económica por el anterior Equipo de Gobierno, cuestión que no es motivo de análisis en este escrito, ya que tampoco tenemos los datos fehacientes que avalen ese examen. Lo que sí nos parece una desfachatez es que, quien supuestamente contrajo parte las deudas generadoras del problema y quien en la sombra evitó la moción de censura para haber podido obtener la gobernabilidad del Ayuntamiento y afrontar las deudas con total normalidad, y ha motivado el retraso de los actuales acuerdos, se dedique ahora a llamar a las empresas acreedoras para arrogarse el mérito de tan tardío acuerdo que ha ocasionado tanto retraso en el cobro a estas empresas.

En mi anterior artículo titulado "A LA FUERZA AHORCAN", se describen con bastante claridad los motivos que han forzado el repentino y tardío acuerdo que debería haberse producido al inicio de este mandato para evitar los perjuicios a las empresas suministradoras.

Pero lo que quiero dejar claro a todos los pinatarenses es que, con independencia de lo que se quiera aparentar desde el PP de San Pedro del Pinatar, quien sigue dando instrucciones de lo que se tiene que hacer, a pesar de estar en segunda fila, es el anterior alcalde, que tratar de culpar de un desaguisado de este calado al actual Equipo de Gobierno en exclusiva, lo cual es una actuación, cuanto menos, de irresponsabilidad.

Lo importante, en suma, es que por fin se haya desbloqueado esa situación de parálisis que se tenía en el Ayuntamiento y yo deduzco que ese repentino cambio de criterio se debe, primero, a la cercanía de las nuevas elecciones y después, a la aparición de nuevos partidos en el entorno político de nuestro pueblo.

Lo que no me parece de recibo, y por ello mi toque de atención, es que quien fue el máximo responsable de este entuerto, y quien ha estado torpedeando su solución durante tres años y medio, quiera aparecer ahora ante los afectados como el artífice de una solución tan extemporánea, más cara que la anterior, y políticamente injustificable.

Sé que esto que yo digo es algo tan evidente, que todo el mundo lo conoce.

Estoy convencido de la madurez del pueblo de San Pedro para tomar decisiones por sí mismo.

Lo único que pretendo es que esta circunstancia no pase desapercibida y nos sirva a todos para que, con la inteligencia de nuestros vecinos tantas veces demostrada, sepamos dejar una vez más a cada uno en su lugar.

Firmado: JOSE ANTONIO ALBALADEJO LUCAS