El alcalde de San Javier, Juan Martínez Pastor, acompañado por la concejal de Servicios Sociales, Francisca Naranjo y la alcaldesa pedánea de Santiago de la Ribera, Julia Gallut visitaron en su domicilio a Rosario Ferrández, vecina de Santiago de la Ribera, con motivo de su 100 cumpleaños.

El Alcalde le transmitió la felicitación del Ayuntamiento de San Javier, y le entregó una placa conmemorativa y un ramo de flores que agradeció sentada en un sillón del salón de su casa rodeada de su familia.

Con buena salud, y sin más achaques que los inevitables de la edad, Rosario Ferrández sopló y apagó las velas de su 100 cumpleaños, junto a sus 3 hijos, 9 nietos, 7 bisnietos, familiares y amigos. Feliz y contenta, Rosario Ferrández expresó su único deseo: "vivir" para no dejar de ver a su familia.

Conocida como "Rosarito la de Javier", por su marido Javier López con el que regentó la tienda de comestibles que había en el centro de Santiago de la Ribera, a Rosario Ferrández se la recuerda por el piano. Elegante y amable con todo el que se acerca a felicitarla recuerda sonriendo a su marido cuando le decía "yo vendiendo sardinas y tú tocando el piano".

Precisamente, ese era el atractivo de comprar en la tienda de Javier, como recordó Julia Gallut, "que podías comprar escuchando el piano de Rosario de fondo". Hasta los 80 años estuvo dando clases de piano y lo dejó por el disgusto que tomó cuando por primera vez suspendieron a una de sus alumnas. "Me disgusté incluso más que la alumna y desde entonces no volví a dar clase", recuerda Rosario Ferrández , algo contrariada.

No encuentra el secreto de la longevidad, esta mujer que no sale de casa sin tacones, según aseguran sus familiares. Haciendo memoria de su vida sólo se le ocurre el amor y dedicación a su casa, a sus hijos, a su familia, como secreto para llegar a cumplir los 100 años rodeada del reconocimiento y el cariño con el que los recibió el pasado viernes 9 de marzo en su casa de toda la vida.