Durante los primeros tres años de vida, el sistema inmunológico de los niños se encuentra en una etapa crucial de desarrollo, lo que ayuda a que no sean tan propensos a alergias o enfermedades respiratorias.
El Dr. Guillermo José Sada Castillo, experto en Endocrinología y Nutrición, portavoz de Lanier Pharma, enfatiza la importancia de permitir que los niños desarrollen su imaginación y disfruten de juegos en entornos naturales, esto mientras se mantienen hábitos alimenticios saludables y se promueve una buena higiene.
Madrid, febrero de 2024.- Durante los primeros tres años de vida, el sistema inmunológico de los niños se encuentra en una etapa crucial de desarrollo. Acostumbran a enfermar con mayor frecuencia debido a que su inmunidad está en proceso de maduración, y es que sus defensas se fortalecen ante el enfrentamiento constante con virus. Sin embargo, es en la etapa escolar cuando los niños comienzan a experimentar un cambio significativo en su entorno. Pasan de estar en un ambiente controlado y relativamente limpio a estar expuestos diariamente a una amplia variedad de microorganismos que pueden vulnerar su salud.
Además, al interactuar con otros niños y adultos, aumenta su exposición a posibles fuentes de contagio. Los niños, por naturaleza, tienen una curiosidad innata que los impulsa a investigar y examinar todo lo que encuentran a su alrededor. Esta exploración es su manera de interactuar con el entorno y con otros seres humanos. ¿Cómo lo hacen? A través del juego, mientras caminan, corren o bailan, descubriendo así el mundo que los rodea. Tanto en espacios al aire libre como en lugares cerrados, los niños suelen ensuciarse la ropa y entrar en contacto con objetos desconocidos.
En este entorno dinámico, es comprensible que los niños sean aún más susceptibles al contacto con patógenos mientras ejercitan sus habilidades cognitivas, psicomotrices y sociales. No obstante, esto no implica que sea perjudicial para la salud de los niños. De hecho, podría tener efectos positivos tanto en su salud inmunológica como en su bienestar emocional.
El Dr. Guillermo José Sada Castillo, experto en Endocrinología y Nutrición, portavoz de Lanier Pharma, subraya que "Jugar y ensuciarse no significa descuidar la higiene; por el contrario, los niños necesitan exponerse a gérmenes para que su sistema inmunológico se fortalezca y esté preparado para defenderse eficazmente la próxima vez que se enfrente a una amenaza". A pesar de ello, desde Lanier Pharma también se considera importante otros puntos para cuidar la salud de los más pequeños de la casa:
Ante todo, que fluya la imaginación. No impidas la felicidad de tu hijo/a, sobrino/a o nieto/a se vea afectado si su superficie favorita es la arena, el césped o el suelo para jugar. El mejor aliado es la imaginación y seguro que allí se divierte creando miles de historias y dando manga ancha a su imaginación.
Comer e hidratarse bien es un pilar fundamental. Como siempre, una buena alimentación rica en nutrientes y vitaminas para niños incluyen salmón, huevos, espinacas, frutos secos y yogur. Hidratarse también es esencial para para el funcionamiento adecuado de todas las células del cuerpo, así como para mantener las membranas mucosas húmedas y prevenir infecciones.
Para dar ese empujón que necesitan sus defensas, Lanier Pharma cuenta con Inmunizat Infantil con betaglucano, vitamina D, vitamina C, zinc y selenio. Un producto con capacidad de actuar sobre el sistema inmune y que potencia la capacidad de reacción ante infecciones o bacterias.
Libertad con seguridad. Siempre hay que asegurar que el entorno sea seguro y no haya riesgos presentes como superficies peligrosas o elementos rotos o defectuosas que supongan un riesgo para ellos. Es importante establecer límites y enseñar medidas de seguridad en entornos desconocidos.
Aprovechar la naturaleza. Jugar al aire libre implica conectar en el entorno natural y beneficiarse de todos sus aspectos positivos: desde absorber la vitamina D mediante la exposición al sol hasta potenciar el desarrollo motor de los niños, mejorando su coordinación, equilibrio y fortaleza muscular.
Ensuciarse sin olvidar hábitos higiénicos. Crear espacios de ocio donde los niños puedan jugar sin preocupaciones sobre mancharse o ensuciarse no implica descuidar la importancia de mantener una rutina de higiene, incluyendo baños regulares y lavado de manos.
Es esencial tener en cuenta la singularidad de cada niño, ya que cada uno posee sus propias características y requisitos específicos. Por lo tanto, es imprescindible seguir las indicaciones proporcionadas por los pediatras, quienes cuentan con el conocimiento necesario para promover una óptima salud y desarrollo en la infancia.