El varón puede ser una de las causas o el único motivo de infertilidad en aproximadamente el 40% de las parejas estériles, según la American Society for Reproductive Medicine (ASRM)
Cuidar la salud reproductiva no solo recae en las mujeres, ya que el paso del tiempo también afecta a los futuros padres. De hecho, es frecuente infravalorar el impacto de la edad paterna en cuestiones de fertilidad, poniendo el foco exclusivamente en el envejecimiento ovárico de la mujer a partir de los 35 años. No obstante, como destaca la American Society for Reproductive Medicine (ASRM), en el 40% de las parejas estériles aproximadamente, el varón puede ser una de las causas o el único motivo de infertilidad. Así, frente a la creencia popular, la celebración del Día del Padre constituye una buena oportunidad para reflexionar sobre el hecho de que el reloj biológico avanza para los dos integrantes de la relación, siendo necesario que los hombres adquieran conciencia sobre las implicaciones que el envejecimiento puede conllevar a la hora de tener hijos.
En este sentido, el Dr. Joaquín Llácer, director médico de las clínicas Ginefiv, pertenecientes al grupo internacional especializado en reproducción asistida GeneraLife, apunta que “pese a ser un dato que prácticamente pasa desapercibido, el incremento generalizado de la edad a la que las mujeres deciden ser madres también implica, normalmente, en el caso de parejas heterosexuales, una edad más avanzada del hombre”. Y es que la edad óptima para que los varones sean padres también tiene un límite, tanto por el tiempo que se puede llegar a invertir en lograr una concepción exitosa, como por el riesgo de transmitir enfermedades asociadas a alteraciones genéticas a la descendencia, pasando por motivos fisiológicos y psicológicos ajenos al funcionamiento propio del sistema reproductivo. “Esto no significa que al alcanzar una edad concreta sea imposible lograr un embarazo espontáneo, sino que, al igual que sucede con las mujeres a partir de los 35 años, en el caso de los hombres será más probable que se presenten problemas de fertilidad con los que haya que lidiar a partir de los 40 años”.
Por tanto, retrasar la paternidad puede implicar una serie de problemas con escasa visibilidad, pero que son muy diversos. Entre ellos se encuentran la disminución de la calidad seminal -especialmente en lo que respecta a la reducción del volumen de semen, la concentración y movilidad espermática-, el aumento del estrés oxidativo y la integridad del ADN de los espermatozoides, ya que podrán presentar una mayor fragmentación. Asimismo, la edad paterna avanzada puede conllevar un mayor riesgo de que el niño padezca ciertas enfermedades como el trastorno del espectro autista, la esquizofrenia o ciertos tipos de cáncer. Por último, este envejecimiento masculino también puede comprometer la salud de la gestante y el bebé, siendo más alta la probabilidad de aborto y la aparición de otras complicaciones obstétricas como preeclampsia, bajo peso al nacer o parto prematuro.
Posibles soluciones para la infertilidad masculina
En general, los tratamientos de reproducción asistida han demostrado tener bastante éxito a la hora de tratar la infertilidad masculina. Los seminogramas, por ejemplo, ayudan a valorar distintos parámetros y detectar si existe alguna causa de infertilidad. “En el caso de parejas con edad avanzada también se recomienda realizar un test genético preimplantacional, que evitará la transferencia de embriones con alteraciones al útero”, aclara el Dr. Llácer. Además, técnicas como la Microinyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI) “han sido desarrolladas especialmente para casos de infertilidad masculina, puesto que consiste inyectar un único espermatozoide previamente seleccionado de la muestra de semen, dentro del citoplasma del óvulo”, puntualiza el especialista.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la infertilidad masculina también puede ser temporal. Y es que los hábitos de vida que conllevan períodos de estrés elevado o ansiedad están estrechamente ligados con el aumento de la temperatura corporal, al igual que los procesos gripales con fiebre, lo cual afecta a la producción de espermatozoides. En estos casos, el estado de salud reproductiva podría recuperarse al cabo de unos meses, teniendo en cuenta que un proceso completo de espermatogénesis dura 3 meses. De todos modos, ante la duda, “siempre existe la opción de preservar los espermatozoides a través de la congelación para poder contar con gametos de mejor calidad en el futuro, motivo por el que los hombres deberían empezar a interesarse por su calidad seminal y por la planificación familiar con más antelación”, concluye el director médico de las clínicas.