162 pacientes con patologías muy variadas del hospital HLA La Vega han seguido este programa durante el último año
Los usuarios han valorado su grado de satisfacción en un 9,08 sobre 10
Se define como deterioro funcional hospitalario a la pérdida de la capacidad para realizar, al menos, una de las actividades de la vida diaria que el paciente llevaba a cabo dos semanas antes del periodo anterior al ingreso. Este deterioro se produce al iniciarse la enfermedad aguda y se puede intensificar durante el tiempo del ingreso hospitalario, manteniéndose meses después del alta y provocando en algunos pacientes una merma definitiva para su independencia funcional.
El Área de Rehabilitación del hospital HLA La Vega de Murcia ha desarrollado unos programas de ejercicios, uno básico y otro avanzado, inspirados en el proyecto Vivifrail, para la prevención del deterioro funcional hospitalario que los pacientes pueden seguir a través del televisor de su habitación, así como desde su casa una vez recibida el alta hospitalaria.
En un año, la puesta en marcha de este programa en HLA La Vega ha dado asistencia a más de 160 pacientes con patologías muy variadas como infección urinaria, diabetes descompensada, neumonía o neoplasias de distinta etiología. Los pacientes han mostrado un grado de satisfacción muy alto, 9.08 sobre 10. "Preguntados telefónicamente a los treinta días del alta, solo un 10% de los pacientes mostraban un empeoramiento de la situación funcional previa al ingreso y el 56% seguían realizando los ejercicios a través del programa que el hospital ha habilitado para ellos", explica el Dr. Juan Antonio Olmo, médico rehabilitador de HLA La Vega e impulsor de este proyecto.
Cómo funciona el Programa de Prevención del Deterioro Funcional en HLA La Vega
El inicio del programa pasa por una revisión, a cargo del Dr. Olmo, de la historia clínica de todos los pacientes de Medicina Interna y de Oncología. De esta revisión se extraen los pacientes que cumplen criterios para iniciar el programa: mayores de 65 años, con más de dos días de ingreso y con la estabilidad clínica necesaria para poder iniciar los ejercicios. Una vez consensuado con el facultativo responsable, el rehabilitador valora al paciente en su habitación y decide el programa a seguir. Posteriormente, el fisioterapeuta enseña a los pacientes a llevar a cabo los ejercicios y les proporciona el material necesario, como gomas, pelotas de presión y lastres. "Recomendamos realizar estos programas dos veces al día. Están basados en una tabla de ejercicios sencillos para el fortalecimiento de miembros superiores e inferiores y del equilibrio, con una duración de unos veinte minutos", explica Pablo López, fisioterapeuta de HLA La Vega.
La prevalencia del deterioro funcional hospitalario es muy alta, siendo del 30% en pacientes mayores de 60 años y ascendiendo hasta el 70% en grupos de alto riesgo. Este deterioro puede generar una media de pérdida funcional de un 33%, medida con el índice de Barthel, asociándose a un incremento de la mortalidad y de la tasa de reingresos entre un 20 y 27%. Seguimientos realizados a los tres meses demuestran que el 19% de los pacientes seguían presentando déficit para las actividades de la vida diaria básicas y hasta un 40% para las instrumentales.
La intensidad de la pérdida funcional depende de las características del paciente y del ingreso más que de la gravedad de la patología. En cuanto a las características de los pacientes, los factores más relevantes son: la edad, posibilidades de osteosarcopenia, alteraciones neurosensoriales y capacidad aeróbica. Los factores de riesgo asociados a la hospitalización son: días de ingreso, el grado de inmovilización y el tiempo de encamamiento.