Más del 20% de personas en el mundo sufren pánico a las agujas y no pueden hacerse análisis clínicos

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Este miedo puede llegar a ser un serio problema cuando interfiere en temas de salud como las vacunas, los análisis de sangre o tratamientos médicos

Más del 20% de personas en el mundo sufren pánico a las agujas y no pueden hacerse análisis clínicos

Tripanofobia: Cuando la inyección médica o las agujas son sinónimos de pánico 

El miedo a las agujas, también conocido como tripanofobia, es mucho más frecuente de lo que imaginamos: entre el 20%-25% de los adultos, es decir, hasta una cuarta parte de la población, tiene un miedo irracional a procedimientos con agujas o inyecciones médicas. Y en un 10% de los casos este miedo es tan intenso que podemos hablar de fobia1. 

Aspen Pharma ha emprendido una campaña para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de tratar esta fobia y perder el miedo a las inyecciones. Existen técnicas y anestésicos tópicos que pueden ayudar a evitar el tan temido dolor a las agujas, tanto en los niños como en los adultos. 

Muchas personas se desmayan, lloran, tienen náuseas, palpitaciones, sudación o dificultad para respirar y ataques de pánico con sólo ver una aguja. Es una de las principales causas por las que algunas personas evitan hacerse análisis de sangre, ir al dentista, seguir tratamientos que impliquen el uso de una aguja o incluso vacunarse, lo cual puede llegar a poner en peligro su salud. Especialmente en enfermedades como la diabetes, donde se necesitan inyecciones diarias de insulina para controlar los niveles de azúcar en sangre; en pacientes con cáncer, que están en tratamiento con quimioterapia o en alergias crónicas, por dar sólo algunos ejemplos. 

Varios estudios científicos internacionales coinciden en que el miedo a las agujas afecta a un 20%-25% de las personas. 

De esta cifra, el 16% de los adultos decidió no vacunarse contra la gripe por miedo a las agujas. Entre los profesionales sanitarios esto sucedió en aproximadamente 1 de cada 6, en centros de cuidados a largo plazo, y 1 de cada 13, en los hospitales.

¿Cómo superarlo? 

Expertos recomiendan distraer la mente, hablar con el médico o con la enfermera, hacer ejercicios de relajación y/o de respiración, e incluso utilizar anestésicos tópicos. Estas técnicas son consejos prácticos que pueden ser útiles para perder el miedo a las agujas y las inyecciones médicas. Pero... ¿por qué aparece este miedo? 

De niños casi todos tenemos tripanofobia. Y, aunque suele desaparecer a medida que nos hacemos mayores, en algunos casos sigue estando muy presente. Las agujas suelen ser una fuente de angustia para los niños, pero también para sus padres y los profesionales sanitarios que les atienden. Si no se aborda adecuadamente en edades tempranas, este miedo puede persistir y agravarse hasta el punto de querer evitarlas por todos los medios posibles. 

Según el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP)2, son necesarias unas guías con recomendaciones para reducir el estrés en el momento de la vacunación, conseguir una mayor adherencia a los calendarios de vacunas y reducir las posibles secuelas psicológicas de experiencias negativas previas. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja incluir técnicas para mitigar el dolor durante la vacunación3.

Otras recomendaciones

Hablar con el personal y explicarles desde el inicio nuestro miedo a las agujas para que nos ayuden a afrontarlo y a aliviar la tensión del momento. El papel de las enfermeras es fundamental, ya que pueden prepararnos de forma adecuada antes del procedimiento y aconsejarnos sobre cuál puede ser la mejor terapia para cada uno de nosotros: desde el uso de distracciones, de anestésicos tópicos o terapia psicológica en los casos más graves 

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