Un cabello rizado bonito y definido es un sueño para muchas. Hay quienes ansían unos preciosos bucles y, sin embargo, solo consiguen unas suaves ondas en algún mechón. Otras, en cambio, tienen que lidiar con el encrespamiento, el enemigo de toda melena rizada. En cualquier caso, conseguir domar el pelo con rizos y que este se vea sano, definido y fuerte es un auténtico reto.
En la mayoría de los casos, por su composición más rica en queratina y su estructura, con mayor grosor y número de enlaces entre fibras, tiende a verse menos brillante y con un aspecto más áspero y seco. Los expertos de Nivea explican que los rizos necesitan una hidratación más profunda e intensiva que los cabellos lisos. Esto se debe a que, por su forma, los bucles disminuyen el reparto del sebo natural que produce nuestro cabello impidiendo que llegue a todos los puntos de la fibra capilar por completo.
Igualmente, abusar o hacer un uso incorrecto del secador o las tenacillas puede dañar el cabello y favorecer que se vea aún más encrespado y seco. También es difícil conseguir una melena sana y con volumen si aplicamos productos de coloración capilar sin nutrirla adecuadamente. En general, la clave de una melena rizada no es solo cuidarla con delicadeza y proporcionarle la suficiente hidratación, sino también utilizar productos que no la resequen y seguir una rutina adecuada. Por ello, los citados expertos han creado una sencilla guía para saber cuidar la melena rizada y conseguir unas ondas o bucles definidos y un cabello más sano, fuerte y luminoso:
1. Beber agua suficiente
Tanto la piel como el cabello sufren cuando les falta agua. Es imprescindible estar bien hidratados para que el pelo no adquiera una apariencia opaca. Por ello, hay que beber agua siempre que tengamos sed, así como tomar otros líquidos (infusiones, zumos...) y consumir frutas y verduras, que también contienen altos niveles agua.
2. Llevar una dieta equilibrada
Hay determinados nutrientes que influyen en la salud del cabello, como el cobre, el zinc, el selenio o la biotina. Una dieta variada, que incluya todos los grupos de alimentos, es suficiente para obtener los nutrientes necesarios. Eso implica comer carne, cereales, pescado, frutas, verduras, frutos secos... Por ejemplo, el hígado de vacuno es rico en biotina, los cereales integrales tienen mucho zinc y las nueces son fuente de selenio. En el caso de dietas vegetarianas, se deberá acudir a otras fuentes para suplir estos oligoelementos.
3. Evitar lavar el pelo con agua muy caliente
La temperatura elevada hará que el cabello se reseque más. Si es posible, mejor una ducha de agua tibia. Para quienes necesiten el agua muy caliente, mejor evitarla sobre el cabello y dar el último aclarado con menor temperatura para rehidratar un poco el rizo.
4. Aprovechar las horas de sueño para hidratar
La noche es el momento perfecto para aportar un extra de hidratación al cabello. Una buena forma de hacerlo es con una mascarilla o crema muy nutritiva o con algún aceite rico en vitaminas, minerales y ácidos grasos, como el de argán. Se deja actuar durante la noche, con el pelo suelto guardado en un gorro de tela o de ducha o una toalla sobre la almohada. Al día siguiente, tras el lavado, se notará muchísima diferencia, ya que este tipo de cabello agradece mucho estos fáciles tratamientos
5. No cepillar en seco
El cepillo solo consigue convertir los bucles en mechones encrespados y romper su fibra capilar. Por eso, la melena con rizos se debe peinar cuidadosamente y únicamente después del lavado o cuando está mojada.
6. Escoger un champú micelar, que no reseque
El secreto de las bonitas melenas rizadas es que nunca pierden la hidratación, por lo que deben huir de los productos que resequen. Algunos champús, para conseguir limpiar en profundidad, eliminan la hidratación del cabello. No ocurre así con los champús micelares. Estos champús están compuestos por micelas, pequeñas partículas con una fase acuosa y otra fase lipídica, y que funcionan como imanes para la suciedad y la grasa. Consiguen limpiar en profundidad sin ser agresivas con el cuero cabelludo ni con el cabello, y evitan la eliminación de los nutrientes necesarios para un rizo hidratado y sano.
7. Utilizar mascarillas nutritivas
Puede ser cualquiera que esté diseñada para cabellos rizados o, si se prefiere, hacer mascarillas caseras con ingredientes que tengamos a mano. Por ejemplo, mezclar yogur natural con aguacate es una forma excelente de aportar calcio, ácidos grasos y proteínas al cabello seco. También se puede optar por mascarillas con aceite de coco, aceite de oliva, miel o aloe vera, productos naturales muy beneficiosos para los rizos. También los aceites nutritivos con toque seco son buenos aliados para aplicarlos como protectores del pelo durante el día, y además aportan definición a los rizos o a las ondas.
8. Evitar las siliconas
Las siliconas fueron toda una revolución en el mundo de la cosmética. Aunque la tendencia actual es irlas eliminando de las fórmulas por diversos motivos, entre ellas su impacto medioambiental, algunos champús u otros productos capilares, aún pueden llevar este compuesto. Se utilizan principalmente para acondicionar el pelo: le dan peso, alisan y aportan suavidad. Sin embargo, los rizos no se benefician de ellas, pues los apelmazan y pueden deshidratarlos y resecarlos. En la lista de ingredientes no suelen aparecer con el nombre de siliconas, sino bajo términos acabados en -one o en -ane, como dimethicone, dimethyl silicone, polysiloxane, polysiloxane, polymethysiloxane, cyclopentasiloxane... No obstante, los productos que se han fabricado sin este componente suelen indicar en el envase que no los llevan.
La doctora María Agustina Segurado, experta asesora de NIVEA, ha comentado: “El cabello rizado tiene mayores complicaciones en su cuidado, tanto para mantenerlo sano como conseguir que se vea bonito y brillante. Al igual que ocurre con la piel, la clave está en conocer nuestro cabello y encontrar el equilibrio entre el nivel adecuado de hidratación y lípidos, con el fin de evitar la sequedad, retener el agua en las células y aportar los nutrientes necesarios tanto al cabello como al cuero cabelludo. Usar los productos adecuados, hidratantes, nutritivos y que no resequen, así como seguir una buena rutina de hábitos y cuidados son los dos grandes consejos que hemos querido aportar desde NIVEA con esta pequeña guía.”