Se trata del primer estudio en el que este factor pronóstico se describe a fondo en una gran cohorte (9.644 pacientes) y muestra que el impacto pronóstico positivo en COVID-19 asociado a la recuperación de eosinófilos durante la hospitalización es independiente de los niveles previos de linfocitos o eosinófilos -tipos de células sanguíneas- y al uso previo de corticosteroides
El estudio parte del hecho de que se ha descrito en la literatura científica un descenso del recuento de células sanguíneas, especialmente linfocitos y eosinófilos, en pacientes con Síndrome Respiratorio Agudo Severo por SARS-CoV-2. Por tanto, su objetivo era comprobar cómo incide su recuperación en el pronóstico en pacientes hospitalizados por COVID-19
Los pacientes con aumento de eosinófilos -tipo de glóbulo blanco- al séptimo día de su hospitalización tuvieron una tasa de mortalidad más baja (5,2%, frente al 22,6% en los pacientes no recuperadores); desarrollaron menos complicaciones como el Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (8% frente al 20,1%) y tuvieron menos necesidad de ingreso en UCI (5,4%, frente al 10,8%). En cambio, la recuperación de linfocitos no influyó en el pronóstico
No solo la muerte fue menos frecuente entre los recuperadores de eosinófilos, sino que se podría predecir un curso más leve. Esto es muy importante, porque si la recuperación de eosinófilos se confirma como marcador de buen pronóstico, podría usarse para orientar las decisiones sobre el alta. En el contexto de una pandemia, esto podría ayudar a aliviar la tensión en los sistemas de salud al identificar posibles candidatos para el alta temprana
Un estudio de cohorte multicéntrico y retrospectivo del Registro SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) con datos de 9.644 pacientes de 147 hospitales españoles revela que un aumento del recuento de eosinófilos al séptimo día de hospitalización por COVID-19 se asoció a buen pronóstico, menos mortalidad y menos complicaciones en el contexto de la infección por SARS-CoV-2. En cambio, se halló que la recuperación de linfocitos no influía de forma alguna sobre el pronóstico.
El estudio, cuyos hallazgos acaba de publicar recientemente el Journal of Clinical Medicine en un artículo que firman 25 médicos internistas bajo el título "The Prognostic Value of Eosinophil Recovery in COVID-19: A Multicentre, Retrospective Cohort Study on Patients Hospitalised in Spanish Hospitals", parte del hecho de que se ha descrito en la literatura científica un descenso del recuento de células sanguíneas, especialmente linfocitos y eosinófilos, en pacientes con Síndrome Respiratorio Agudo Severo por SARS-CoV-2. Por ello, el estudio se marcó como objetivo analizar el papel de su recuperación en el pronóstico de los pacientes hospitalizados por SARS-CoV-2. De todos los pacientes cuyos datos fueron incluidos en el estudio (9.644), el 57,12% fueron varones, y en todos los casos se trataba de mayores de 18 años hospitalizados por COVID-19.
Menos mortalidad y menos necesidad de UCI
El incremento en el recuento de eosinófilos al séptimo día se asoció a mejor pronóstico y a una tasa de mortalidad más baja (5,2% en pacientes con incremento en recuento de eosinófilos, frente al 22,6% en aquellos que no recuperaron eosinófilos). También se relacionó con menores tasas de complicaciones durante la hospitalización, especialmente en lo relacionado con el desarrollo del Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (8% en pacientes que recuperaron eosinófilos, frente al 20,1% en los no recuperadores). También los pacientes con recuperación del recuento de eosinófilos tuvieron menos necesidad de ingreso en UCI (5,4% en los recuperadores, frente al 10,8% en los no recuperadores).
Principales hallazgos del análisis de la cohorte
La investigación encontró en la cohorte analizada un grado profundo de eosinopenia -descenso de los eosinófilos en el plasma sanguíneo- al diagnóstico de COVID-19, con una tasa de mortalidad más alta observada en pacientes con eosinopenia que en pacientes sin eosinopenia (16,7% frente al 13,2%). Además, la recuperación de eosinófilos se asoció con mayores tasas de supervivencia, una vez tenidos en cuenta los posibles factores de confusión (comorbilidades o fármacos inmunosupresores que pueden causar eosinopenia prolongada).
En la base de datos analizada, se incluyeron dos análisis de laboratorio (al ingreso y al séptimo día); por lo tanto, no se pudo determinar si existe una recuperación posterior de linfocitos o si tiene implicaciones pronósticas. No obstante, tal y como indican los investigadores, un marcador de buen pronóstico después del séptimo día de hospitalización es probablemente menos útil que un predictor anterior.
No solo la muerte fue menos frecuente entre los recuperadores de eosinófilos, sino que se podría predecir un curso más leve. Esto es muy importante, porque si la recuperación de eosinófilos se confirma como un marcador de buen pronóstico, podría usarse para orientar las decisiones sobre el alta en pacientes por lo demás estables. En el contexto de una pandemia, esto podría ayudar a aliviar la tensión en los sistemas de salud al identificar posibles candidatos para el alta temprana.
Los investigadores concluyen que los resultados obtenidos sobre la recuperación del recuento de eosinófilos en pacientes COVID-19 como marcador de buen pronóstico justifican más investigación al respecto.