En el 28 Congreso Europeo de Psiquiatría que ha tenido lugar esta semana, de manera on-line por la crisis sanitaria acontecida por el COVID19, se ha presentado el estudio sobre el tratamiento de Ita aplicado en nuestros centros, obteniendo resultados empíricos de 324 pacientes con diagnóstico de Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA).
"Uno de los hechos más innovadores de este estudio es el haber podido obtener medidas de 324 pacientes cada 3 semanas por lo que se ha podido observar la mejora conseguida semana tras semana" afirma Antoni Grau, director clínico del grupo Ita y uno de los investigadores del estudio.
En los estudios de este tipo no son habituales las menciones tan frecuentes durante periodos tan largos de tiempo. Estos resultados se inscriben en un estudio que ha durado 3 años. El estudio se ha llevado a cabo con un equipo de la Universidad de Barcelona, liderado por el catedrático Guillem Feixas y el Doctor Chris Evans de la Universidad de Sheffield.
El equipo de investigación de la Universidad de Barcelona ha velado por la integridad de los datos sometiendo semanalmente a éstos a procesos de calidad que aseguraban la inexistencia de errores en la administración de pruebas y la codificación de los resultados.
"La Universitat de Barcelona ha participado también en el diseño del estudio y tendrá un papel preponderante en el análisis de los resultados y en su diseminación en congresos y revistas científicas de alto impacto internacional", afirma Guillem Feixas, catedrático de la UB y co-autor del estudio.
Además, el Dr. Feixas ha sido el encargado de presentar dicho póster en el Congreso de Psiquiatría que tuvo lugar el pasado martes 6 de julio en formato on-line.
Los resultados obtenidos en este primer año no dejan lugar a duda: el tratamiento realizado en Ita por las 324 pacientes estudiadas, obtiene una mejora muy significativa tanto para los síntomas alimentarios como para el malestar psicológico que subyace a estos síntomas. La magnitud del efecto del tratamiento es muy grande en términos estadísticos, sobre todo en tratamientos de hospitalización. Hasta el momento, la literatura científica ha reportado resultados modestos en el tratamiento de los TCA de alta complejidad.
Estos resultados demuestran el beneficio de las estrategias asistenciales interdisciplinares, no solo centradas en los síntomas sino en el malestar psicológico asociado y que aseguren la continuidad asistencial que requieren estas complejas enfermedades.
