El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha señalado que "tenemos que trabajar para afianzar la inversión sanitaria a corto y medio plazo; por ello, se aumentarán progresivamente los recursos hasta alcanzar el 7% del Producto Interior Bruto".
El ministro de Sanidad ha asegurado en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que es necesario desarrollar la Ley General de Salud Pública, aprobada en 2011. "Esta ley prevé la creación del Centro Estatal de Salud Pública en el artículo 47 y podría ser un punto de partida para reordenar e impulsar una parte de las funciones que deben desarrollarse y reforzarse, como es la vigilancia, la evaluación de impacto en salud o la preparación y apoyo a la respuesta ante emergencias sanitarias, entre otros aspectos".
"Debemos, ha insistido, de manera ineludible, dotar a la Salud Pública de las estructuras y recursos que requiere, no solo para la vigilancia epidemiológica sino para promover la salud y la educación para la salud, para impulsar estilos de vida saludables, para lograr un sistema preventivo y no solo curativo, que genere salud y no solo sanidad".
En esta línea ha señalado que "tenemos que trabajar para afianzar la inversión sanitaria a corto y medio plazo; por ello, se aumentarán progresivamente los recursos hasta alcanzar el 7% del PIB". Y ha puntualizado: "Invertir en Sanidad pública beneficia a toda la sociedad, especialmente a los que menos recursos tienen pero no solo".
"Tenemos que ser capaces de aprovechar este momento para impulsar una transformación del Sistema Nacional de Salud hacia un modelo más robusto, flexible y resiliente", ha insistido el ministro de Sanidad, quien ha subrayado que "sabemos que tenemos que adaptar el sistema para convivir con la COVID-19 durante un tiempo, y estar preparados para posibles repuntes o segundas olas".
Además, ha indicado, "tenemos la obligación de fortalecer el sistema sanitario público y dotarle de mayor financiación, pero también hacer las transformaciones necesarias, o al menos iniciarlas, para que pueda atender las necesidades actuales y de futuro de toda la población, para que pueda vivir más y vivir mejor".
Para ello, ha enumerado cuatro acciones prioritarias: hacer frente a futuras pandemias o segundas olas; colocar a las personas en el centro del sistema; cuidar a los que nos cuidan; y afianzar la sanidad pública como un servicio esencial del Estado del Bienestar. "En este impulso deben jugar un papel fundamental las comunidades autónomas; el camino en el que debemos seguir profundizando es más y mejor cooperación, más y mejor coordinación y más cohesión".
Reservas de material esencial
De cara a la primera, Salvador Illa ha hecho hincapié en la necesidad de garantizar la disponibilidad de los productos sanitarios críticos esenciales como equipos de protección, pruebas diagnósticas, respiradores y medicamentos. Con este fin ha definido algunas de las prioridades estratégicas. Una de ellas, es el desarrollo de reservas de material esencial tanto por parte de las comunidades autónomas como del Ministerio para reforzar a éstas.
"Es necesario además garantizar la disponibilidad de material fundamental a lo largo del tiempo. Por ello, uno de los objetivos del Gobierno desde hace meses ha sido afianzar y reforzar la producción nacional de productos y fármacos esenciales", ha explicado el ministro. En concreto, en materia de equipos de protección, un ejemplo de ello ha sido la producción puesta en marcha por parte del Grupo Mondragón y el propio Gobierno de líneas de producción de mascarillas, que fabricará 60 millones de mascarillas en los próximos seis meses.
Respecto a los equipos de respiración asistida se ha trabajado junto con los dos fabricantes a nivel nacional, Hersill y Escribano, para que multiplicaran su capacidad de producción por cinco en un corto plazo. "El contrato que hemos suscrito con estas empresas supone un compromiso de proporcionar una cantidad de 5.000 equipos de ventilación mecánica invasiva, de los que ya se han recibido 4.590, una parte de ellos serán utilizados para la reserva estratégica", ha indicado Illa.
Reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica
Otra de las prioridades estratégicas de preparación ante emergencias sanitarias es optimizar y reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica. A su juicio, "más allá de los sistemas de alerta temprana desarrollados para la nueva estrategia diagnóstica de la COVID-19, es necesario apuntalar la integración automática y en tiempo real de los datos de la historia clínica electrónica de los centros sanitarios, lo que nos permitirá aumentar la velocidad y la cantidad de la información".
Además, ha añadido, "tenemos que avanzar en ampliar los sistemas centinela de la gripe, de forma que integren la COVID-19 y otros virus respiratorios, y que estén operativos de cara al próximo otoño".
El ministro de Sanidad ha mencionado otra enseñanza adquirida en este período que es la importancia de aumentar la adaptabilidad y la rapidez de respuesta del sistema. "Trabajamos para que, si fuera necesario, los servicios de salud puedan accionar sus Planes de Contingencia y reactivar, de forma rápida, todas sus capacidades sanitarias replegadas; el objetivo del sistema debe ser conseguir que todas y cada una de las personas que forman parte de los servicios de salud sepan cómo y dónde actuar desde el mismo momento en que se activa la alerta".
I+D y respuesta común internacional
Salvador Illa ha resaltado asimismo que es clave invertir, fomentar y aportar los recursos suficientes a la I+D: "Debemos invertir en el desarrollo de vacunas, tratamientos y productos para hacer frene al coronavirus. Pero también, pensando en el futuro de nuestro país, para el desarrollo de un modelo productivo competitivo que aporte recuperación y desarrollo social tras la pandemia". En este ámbito ha destacado el papel del Instituto de Salud Carlos III como referente internacional de investigación e innovación sanitaria.
El ministro no ha dejado de mencionar la importancia de la colaboración internacional: "Es fundamental que nuestro país siga colaborando de forma muy activa en la respuesta común internacional, tanto europea como global".
Atención Primaria e integración sociosanitaria
Poner a las personas en el centro del sistema es otra de las acciones prioritarias destacadas por Illa. Y en ello, durante la epidemia la Atención Primaria ha sido una de las fortalezas, según ha explicado Salvador Illa. "Una de las fortalezas que ha mostrado ha sido la adaptación acelerada de la Atención Primaria a la atención telefónica y no presencial de los pacientes, y al seguimiento domiciliario de los casos leves o moderados; ha sido capaz de recuperar la salud y cuidar a las personas".
Así, ha explicado que hay que potenciarla, reforzando su estructura y sus recursos "pero también modernizando su forma de cuidar a los pacientes. Con innovación tecnológica y organizativa. Con roles profesionales, como la Enfermería, potenciados de forma enérgica".
La integración sociosanitaria es también uno de los retos: "Tenemos que ahondar en nuevos modelos de atención que den respuesta integrada a las necesidades sociales de envejecimiento, cronicidad, dependencia y soledad no deseada".
Salvador Illa ha resaltado también la situación de las personas con rentas más bajas y ha recordado el Ingreso Mínimo Vital, aprobado recientemente por el Gobierno. "Las personas beneficiarias del mismo también van a estar exentas del copago farmacéutico", ha informado.
Cuidar a los que nos cuidan
El titular de Sanidad se ha detenido en resaltar el papel de los profesionales sanitarios. "Es necesario cuidar a los que nos cuidan, no solo para que puedan recuperarse del enorme esfuerzo realizado, sino para que puedan desempeñar sus funciones en las mejores condiciones posibles".
Para ello, "necesitamos trabajar para mejorar sus condiciones profesionales, de forma conjunta con las comunidades autónomas es necesario que en el conjunto de las administraciones afrontemos la adecuada dotación de profesionales, la necesaria transformación del sistema de gestión clínica, así como la carrera profesional".
El ministro ha recordado que durante la pandemia "pusimos a disposición de las comunidades autónomas hasta 81.000 profesionales pero nosotros entendemos que este refuerzo no puede ser puntual y hay que dimensionar los equipos sanitarios a las necesidades y prever el refuerzo de plantillas ante posibles nuevos brotes".