La importancia de un confinamiento efectivo en la epidemia de coronavirus

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Pequeños cambios en la efectividad del confinamiento pueden tener como consecuencia enormes variaciones en el número final de afectados

La importancia de un confinamiento efectivo en la epidemia de coronavirus

Sobre las expectativas de la situación, no sólo importa cuándo llega el pico sino lo dilatado que será después su decrecimiento.

Antonio Guirao Piñera
Profesor de Física de la Universidad de Murcia

Una epidemia y cómo crece

Es un fenómeno de tipo avalancha que crece de forma exponencial si se la deja libre. Las dimensiones de un fenómeno epidémico pueden ser enormes, afectando incluso a la totalidad de la población dependiendo de los casos. Cuando la enfermedad tiene tasa de mortalidad, ello supone cientos de miles de muertes en un país. Por ello es crucial detener una epidemia como la del coronavirus, actuando lo antes posible y de la manera más contundente como sea viable.

El crecimiento de una epidemia depende de tres factores:

1. la capacidad de infección del virus (infectividad),

2. el tiempo que una persona infectada permanece en contacto con otros (periodo de infección), y

3. la tasa de contactos entre personas que se producen en una determinada población.

La infectividad del virus es una determinada y no podemos reducirla, mientras no existan fármacos o no le afecte algún factor ambiental. Por ello, queda actuar en alguno de los otros dos factores..

Estrategias de control

La estrategia más eficaz es la que combina la actuación simultánea en ambos factores, es decir: la disminución de la tasa de contacto (mediante el confinamiento de la población y la higiene), junto con la reducción del tiempo que las personas ya infectadas siguen infectando (esto se consigue mediante rastreo de sospechosos y realización de gran número de test rápidos que permiten detectar enfermos y ponerlos en cuarentena).

Fases de la epidemia

Fase exponencial. Crecimiento en avalancha, cuando no hay medidas o cuando las medidas no son suficientes para parar el crecimiento.

Fase de pico. Cuando la epidemia queda controlada se alcanza un pico o punto de inflexión a partir del cual cada día ocurren menos nuevos contagios. Sin embargo, ahí no acaba la epidemia. El pico puede ser más o menos alto, y ser más o menos ancho.

Fase de estabilización. Tras el pico, la curva de personas afectadas sigue creciendo progresivamente hasta que termina estabilizándose (como ya ha ocurrido en China). Esta fase se puede alargar más o menos dependiendo de lo ancho que sea el pico.

Gravedad de la epidemia

No depende sólo de cuándo se alcanza el pico sino también de su anchura. Si el pico es estrecho y alto, la epidemia afecta a muchísima gente pero además llega de golpe, por lo que colapsa el sistema sanitario. Si se alcanza pronto será más bajo, pero aún así la epidemia afectaría a mucha gente si el pico es ancho, porque entonces la curva de afectados se dilata en el tiempo hasta que se estabiliza.

Hándicaps

Una epidemia se estudia con datos en diferido. No se sabe el número real de enfermos que hay en la población en un cierto instante, que aún no han presentado síntomas que les lleve al aislamiento o que son asintomáticos. Por ello es muy importante el rastreo de sospechosos y las pruebas de detección. En determinadas circunstancias, lo que vemos de una epidemia puede ser sólo la punta del iceberg. Por ello, es crítico intervenir cuanto antes. Tampoco se conocen con exactitud parámetros como la tasa de contacto de las personas, o el grado de cumplimiento real de las medidas de confinamiento.

Los modelos matemáticos

Permiten hacer proyecciones de futuro en posibles escenarios. Para ello se pueden apoyar en cómo se ha comportado la epidemia en otros países donde ha brotado antes. Pero los modelos trabajan manejando muchas incertidumbres, por lo es muy difícil la predicción a largo plazo. Aún con esas limitaciones, los modelos son útiles para indicar hacia dónde puede evolucionar la epidemia en la medida en que cambian las variables.

Modelo aplicado a la Región de Murcia

Entre otras variables, la duración de la epidemia depende del grado de eficacia que tengan las medidas de confinamiento que se han establecido en España. Con el modelo matemático se ha estudiado una horquilla de tres situaciones. En un escenario favorable con un 80% de eficacia del confinamiento (es decir, con 8 de cada 10 personas totalmente confinadas), se alcanzarían en la Región unos 2.000 casos estabilizándose a finales de abril. En esa misma situación, en España podrían alcanzarse unos 250.000. Con un 70% de eficacia, la situación pasaría a estabilizarse en mayo y se llegarían a unos 3.500 casos. Pero si el confinamiento tiene una efectividad del 65% la situación se prolongaría hasta junio y se superarían más 5.000 casos. Y tanto peor cuanto menos funcionasen las medidas. Por ejemplo, sin ninguna medida de confinamiento, dentro de otras dos semanas desde hoy (con unos 800 casos) se pasaría posiblemente a más de 15.000 casos en la Región (un millón en toda España). De ahí la importancia del confinamiento efectivo.

Aunque estos modelos NO pueden predecir a largo plazo dadas las incertidumbres del fenómeno, en particular el desconocimiento del número real de enfermos, lo que nos indican es que sólo una pequeña variación de la eficacia del confinamiento tiene como consecuencia que la estabilización de la epidemia llegue mucho más tarde y afecte a mucha más gente.

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