Conocer la calidad de los óvulos presentes en los ovarios, independientemente de la edad de la mujer, es posible gracias a un nuevo marcador del envejecimiento reproductivo.
Un equipo de investigadores españoles, liderados por el doctor Jan Tesarik, director de la clínica MARGen de Granada, acaba de publicar en la revista EC Gynaecology los resultados de un estudio sobre un nuevo marcador del envejecimiento reproductivo. Se trata del “Factor de crecimiento insulínico 1”, también denominado “somatomedina” y conocido bajo la sigla IGF-1 (Insulin-like Growth Factor-1), una proteína con una alta similitud con la insulina. Sin embargo, a diferencia de la insulina, su producción en el organismo humano es activada por la hormona de crecimiento.
En el estudio liderado por el doctor Tesarik, se ha utilizado la concentración de IGF-1 en la sangre como una medida indirecta de la actividad de la hormona de crecimiento. Comparando la concentración de IGF-1, determinada en la sangre de mujeres de varias edades, con el valor normal para cada edad, el grupo de Tesarik ha podido definir la “edad reproductiva” de cada mujer, que no siempre se corresponde con su edad cronológica.
“En el estudio – explica el doctor Tesarik- hemos identificados muchos casos de mujeres con una edad reproductiva muy superior a la del calendario. La diferencia más llamativa fue en dos mujeres, de 31 y de 33 años, cuya edad reproductiva era de 52 y 62 años. En esta categoría, los mejores resultados de fecundación in vitro fertilidad se alcanzan con administración de la hormona de crecimiento.”
Según el científico granadino, “el estudio es el primer paso que nos lleva desde los actuales tratamientos hormonales a las ciegas hacía los tratamientos fundados en evidencias, basadas en métodos diagnósticos adecuados”.
Todo el mundo tiene múltiples edades, aparte de la del pasaporte. Cada órgano envejece según su propio ritmo, que depende tanto de la predisposición genética como de diferentes factores relacionados con medioambiente y el estilo de vida.
Los ovarios también producen hormona del crecimiento
Según un dogma tradicional, la hormona de crecimiento es producida por la glándula pituitaria y activa la producción del IGF-1 en el hígado. Sin embargo, investigaciones más recientes han detectado la expresión de la hormona de crecimiento y de IGF-1 en otros tipos de órganos humanos. En cuanto a los ovarios, la hormona de crecimiento e IGF-1 son producidos en varios tipos de células. Esta situación abre la posibilidad de un amplio abanico de efectos autocrinos (la hormona producida por una célula actúa sobre ella misma) y paracrinas (la hormona actúa sobre una célula cercana). En cualquier caso, la hormona de crecimiento, tanto la del origen pituitario como la producida localmente en los ovarios, tiene un papel importante en la maduración de los óvulos y su carencia disminuye su calidad.