La Consejería de Salud recomienda como propósitos para este nuevo año apostar por el bienestar emocional, el ejercicio físico y una buena alimentación como las claves para alargar la vida, evitar el colesterol, la tensión arterial y el aumento de peso.
Ser una persona físicamente activa es importante para mejorar la calidad de vida, de hecho "realizar 150 minutos de actividad física moderada a la semana como caminar a paso ligero o pasear en bicicleta ayuda a mejorar física y emocionalmente", tal y como afirmó el director general de Salud Pública y Adicciones, José Carlos Vicente.
"Apostar por el ejercicio ayuda a prevenir la aparición de enfermedades crónicas como patologías del corazón, obesidad, diabetes, así como tensión o colesterol elevados; y en caso de padecerlo ayuda a mejorar su evolución", añadió.
Por el contrario, se recomienda reducir los periodos sedentarios prolongados de más de dos horas seguidas y realizar alguna actividad cada una o dos horas, con sesiones cortas de estiramientos o dando un breve paseo. También es preferible elegir el transporte activo, caminar o ir en bicicleta, siempre que sea posible, mientras se limita el tiempo delante de las pantallas.
En esta misma línea, la alimentación desempeña un papel fundamental, pues cada vez son más frecuentes los problemas de salud relaciones con patrones de alimentación poco saludables.
Lo ideal es consumir, como mínimo, cuatro raciones diarias de frutas y verduras, preferentemente frescas. La bebida más saludable es el agua y se debe limitar al máximo las bebidas azucaradas y no abusar de las denominadas dietéticas o sin azúcar.
Así, se deben comprar alimentos frescos y evitar los precocinados, los procesados y la bollería industrial. Para ello es útil leer la etiquetas de los productos que se compran con el fin de evitar aquellos que contengan grasas hidrogenadas y limitar los aceites de coco y palma.
En definitiva, se trata de poner especial atención en reducir el consumo de alimentos con un alto contenido en azúcares, grasas o sal. Y, aunque puede ser más rápido y cómodo improvisar, merece la pena incorporar en el día a día ideas prácticas como diseñar un menú semanal que preste atención al tipo de alimentos y a las cantidades.
Asimismo, cocinar con poca sal y elegir aceite de oliva son opciones más sanas, al igual que comer despacio y tomar entre horas tentempiés saludables como frutas, verduras o frutos secos.
Manejar las emociones
Por otro lado, el bienestar emocional contribuye a mejorar la salud, puesto que sentirse bien motiva para adoptar estilos de vida más saludables, se practica actividad física y resulta más fácil comer sano, así como descansar bien.
Además, permite funcionar en sociedad y responder a las exigencias de la vida cotidiana. Así, cuanto mejor se gestiona el manejo de las emociones, mayor es la capacidad para disfrutar la vida, hacer frente al estrés y centrarse en las prioridades personales importantes.