No es de extrañar escuchar desde el Parlamento Europeo, desde Instituciones Españolas, universitarios y tantos otros que "no" cualquier tiempo pasado fue mejor, más bien, oscurantismo y cierto desecho. Son muchas las cosas, ideales, maneras de vivir o de pensar que hoy pueden ser mejores o peores con respecto a tiempos pasados y, al contrario. El mundo del medievo, como ejemplo, del 1000 al 1600, ha sido una era profundamente incomprendida. No ha sido época de retroceso e inmovilismo lleno de violencia, ignorancia y superstición, justo al revés. Hubo grandes pasos importantes de progreso social y económico, donde se establecieron los cimientos del mundo moderno.
Nuestra idea de progreso o progresismo dista mucho de la realidad, que hoy muchos desean vendernos y, aún más, los avances tecnológicos, científicos que surgieron, causaron más tarde las grandes revoluciones industriales y digitales. Cuando algún cerebro borreguil y "en blanco" vocean que hoy, con su Phone en mano, saben más del mundo que el mayor de los científicos del siglo XVI, es mejor callar y subsanar tal desvarío.
Astrónomos de la talla de Copérnico o Galileo, cuyos conocimientos de astrología superaban con creces los de la mayoría de niños y, adolescentes del hoy es un deber de justicia. Me cuestiono ¿podría un arquitecto moderno construir un chapitel de piedra de 160 metros de altura, como el que coronaría la catedral de Lincoln en el 1311, sin recurrir al ordenador? Entre 1000 y 1300 la silueta de Londres quintuplicó su altura, mientras que, entre 1300 y la conclusión de los 72 pisos del edificio Shard en 2010, solo se dobló. Inventos como la pólvora, la brújula magnética y la imprenta llegaron desde China para transformar la guerra, la navegación y la cultura.
A consecuencia de todo lo anterior se abrieron grandes horizontes para los europeos, por ejemplo, los viajes. En el siglo XI nadie en Europa tenía la más remota idea de lo que existía al este de Jerusalén, o al sur del Sahara. Entrados ya en el 1600, se había circunnavegado el mundo en varias ocasiones. Por si les sabe a poco, con la llegada del papel desde China en el siglo XII y el advenimiento de la imprenta en la década de 1430, surgieron la emisión y archivado de documentos, tareas fundamentales para la administración. Los sistemas judiciales experimentaron una rápida evolución hacia una estructura legal, penal y centralizada e hizo que las muertes violentas descendiesen de una veintena por cada cien mil habitantes en el 1300 a los siete por cada 100.000 habitantes de finales del siglo XIV.
El mundo de la velocidad no se quedaría corta. Sobre el 1600 ya se enviaban cartas y noticias importantes a más de trescientos kilómetros de distancia en un solo día. Surgieron los relojes mecánicos. Estamos ante un período marcado también por una creciente libertad personal donde se prohíbe la esclavitud y el rápido declive del sistema de servidumbre tras la epidemia de peste negra, la cual sucumbiría la mitad de la mano de obra. El poder político se expandiría para dar cabida a una nueva clase social, la del pequeño propietario rural, autónomo y con tierras propias. Así, quien piense que la Edad Media, como piensan los laicistas de la UE, fue toda una oscuridad es que no han entendido lo que ha ocurrido a lo largo de la historia y, por tanto, la desmemoriada fallida histórica o la gana de falsear lo cierto sigue siendo hoja de ruta para romper y trocear períodos de la historia de Europa.
Lo peor de todo ello, una vez más es que partidos políticos españoles de todas las tonalidades no tengan las agallas suficientes ni estudios que lo acrediten para dar a los "progres" una sesión de historia que les vendría muy bien. VALORES sigue en la brecha, más aún, lo de ser políticamente incorrectos cada vez nos gusta más.
Mariano Galián Tudela
Presidente de Valores Región de Murcia
