El pasado mes octubre la Plataforma "Ningún niñ@ sin ATE" recibió de uno de sus miembros información remitida por Servicio de Atención al Ciudadano, en respuesta a la queja emitida donde denunciaba y reclamaba el progresivo deterioro que la atención al alumnado con necesidades especiales está sufriendo en la Región de Murcia.
Su respuesta no hace otra cosa que verificar todas y cada una de los graves problemas que venimos denunciando. Nos informa que las plazas en la RPT de auxiliar educativo que desempeñan su trabajo en la Consejería de Educación ascienden a 255 puestos y a continuación realiza un pormenorizado desarrollo de la evolución que han sufrido la dotación de este perfil profesional en los centros de la región, evidenciando que mientras las plazas de estructura, es decir incluidas en la RPT, han permanecido idéntica en los últimos 11 años el número de contratos por programas no solo duplica el de estructura sino que lo superaba en más de 40 plazas a junio de 2023. Se demuestra, según sus datos, que lejos de reducirse ha ido paulatinamente creciendo.
El continuo aumento de la necesidad de estos profesionales en los centros educativos se ha traducido en un aumento de los contratos por programas y en nulo aumento de plazas de estructura en la última década. Como demuestran sus datos, este tipo de contratación lejos de ser usada para necesidades puntuales, coyunturales o esporádicas constituye un problema estructural de primer orden que lastra y repercute negativamente en la prestación de la atención que necesita el alumnado con necesidades educativas especiales, negándoseles que ésta sea estable y de calidad.
Las consecuencias de estas medidas no solo provocan precariedad laboral en este colectivo, sino que conlleva una insuficiente atención de los niños y niñas que necesitan este personal ya que prácticamente el 100% de los puestos son a tiempo parcial, es decir, no se dota del recurso todo el tiempo que se necesita, como evidencia el aumento de centros donde el auxiliar educativo está compartido. En algunos momentos el menor podrá ser atendido en otros no, ya que el profesional está en otro centro.
No se nos aporta datos del número de familias que han tenido que escolarizar a sus hijos en centros alejados o distintos a los de sus hermanos provocando segregación escolar y social y graves problemas de conciliación.
En cuanto a la evolución de alumnado con necesidades educativas especiales que necesita apoyo de ATE en centros ordinarios de titularidad pública desde el curso 2019-2020 hasta el curso pasado, se observa un aumento considerable de las necesidades de personal. Se ha producido un aumenta de más de 1/3 en el número de ACNEE con necesidad de ATE, pero no se ha dotado proporcionalmente con el personal que es necesario a ese aumento de la demanda.
También queda claro con los datos aportados que la atención ha empeorado de forma importante en solo tres cursos, como demuestra el aumento de ratio en el número de alumnos por auxiliar educativo, si en el curso 2019-20 era de 4,52, en el curso 2022-23 fue de 6,88. Es un aumento de la ratio muy importante y que se traduce en un empeoramiento de la atención que reciben y que no nos cansaremos de repetir es imprescindible para una verdadera inclusión educativa.