El Parque Regional de Sierra Espuña rinde homenaje a su 'Apóstol del árbol', Ricardo Codorníu y Stárico, autor de la completa repoblación de este emblemático paraje natural al que debe su aspecto actual, con motivo del centenario de su fallecimiento.
En esta ocasión, la Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor ha organizado una jornada de convivencia en el Centro de Visitantes y Gestión, que lleva su nombre, para conocer más de cerca el legado de Ricardo Cordorníu, para el que ha contado con 87 de sus descendientes.
Durante la jornada, se realizó una minuciosa exposición de la historia de este ilustre personaje. Se presentaron datos históricos sobre la restauración hidrológico-forestal desarrollada a finales del siglo XIX y principios del XX, "respaldados por una serie de fotografías que documentan el estado original de la sierra antes de que comenzara esta labor titánica que se extendió por más de dos décadas", precisó la secretaria autonómica de Energía, Sostenibilidad y Acción Climática, María Cruz Ferreira.
La secretaria autonómica añadió que los trabajos dirigidos por Ricardo Codorníu en Sierra Espuña "son uno de los pilares fundamentales de nuestro legado ambiental, un testimonio de cómo la dedicación y la visión a largo plazo pueden restaurar y proteger ecosistemas. Sin duda fue un adelantado a su época".
Los asistentes tuvieron la oportunidad de descubrir el legado que dejó para las generaciones futuras en el bosque de Sierra Espuña. "Este exuberante paraíso natural alberga una amplia variedad de especies de flora y fauna, muchas de las cuales se encuentran protegidas y, además, ofrece innumerables beneficios para la salud física, mental y emocional de quienes lo visitan", afirmó Ferreira.
La jornada, de aproximadamente tres horas, culminó con un paseo hasta el busto en homenaje al ilustre ingeniero de montes y a la Casa Forestal de Huerta Espuña, el epicentro desde donde se dirigieron los arduos trabajos de repoblación y en la que Ricardo Codorníu tenía ubicado su despacho. En sus cercanías pudieron ver los viveros donde se sembraron y de los que salieron gran parte de los árboles que hoy cubren y protegen Sierra Espuña.