Un alumno con discapacidad, en concreto con trastorno del espectro autista (TEA) y Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), se ha visto este mes de abril expulsado tras sufrir una crisis de ansiedad en La Federación de Asociaciones Murcianas de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de un programa de Formación Profesional, modalidad Especial, perfil profesional "Operaciones Básicas Ofimática".

El alumno salió corriendo fuera del centro, donde no hay seguridad ninguna en los accesos al mismo, poniéndose en la carretera para intentar suicidarse, (es su segundo intento).

El centro ha expulsado al alumno con discapacidad y le han abierto expediente disciplinario por conductas disruptivas y agresión a profesores las cuales fueron motivadas por la situación de agobio y presión por parte del profesorado.

La familia de este alumno, miembro de la Asociación AMEFIR, asegura que ésto no habría sucedido si los profesores del programa en el que se encuentra su hijo, hubieran atendido al dictamen de escolarización de educación, donde expresa claramente cómo actuar con su hijo.

Cuando el padre llegó al centro, tras ser avisado por el profesorado, donde su hijo está impartiendo la Formación Profesional en modalidad especial, vió la presencia de dos coches de la Policía Nacional y varios agentes rodeando a su hijo con TEA, como si de un delincuente se tratara. Sin embargo, no estaban los servicios médicos del 112, al parecer porque el centro no avisó a este servicio.

Según manifiesta el padre "todo el personal del centro estaba mirando a mi hijo como si hubiese cometido una atrocidad, lo que todavía lo asustaba más y su comportamiento no podía cesar. Cuando un alumno con TEA, tiene una crisis no debe estar rodeado de personas extrañas, en este caso eran unas once personas, sino que por el contrario, los profesionales deben intentar calmarlo intentando desviar su atención hacia otro estímulo".

"Yo fui el que tomó medidas, como las de tranquilizar a mi hijo, cerrar las puertas para que no fuese la atracción del centro y no generar más presión, agobio, nervios y trauma a una persona con TEA en plena crisis".

"Me quedé dentro de una sala, solamente, con tres agentes del Cuerpo de la Policía Nacional para solicitar que llamaran al 112 y lo trasladaran a urgencias del hospital".

"El 112 tardó tres minutos desde mi llamada, en ningún momento el centro informó a los tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía que se quedaron en la sala cerrada con mi hijo y conmigo que mi hijo tenía TEA", nos aseguró el padre del alumno y miembro de la Junta Directiva de AMEFIR.

No es correcto ni aceptable que el Centro de La Federación de Asociaciones Murcianas de Personas con Discapacidad Física y Orgánica donde se está impartiendo la Formación Profesional en modalidad especial, quien tiene toda la información sobre las capacidades o dificultades del alumnado, haya demostrado una grave falta de conocimientos para actuar con un alumno TEA.

Se presupone que este profesorado debe crear e implementar planes de educación individualizados para cada estudiante con una discapacidad, incluidos los estudiantes TDAH y TEA. ¿No los tienen o no los han puesto en práctica con este alumno?

Lo que también nos llega a formularnos otra pregunta, ¿el profesorado está cualificado para formar y atender a alumnado TDAH y TEA?

Y, por otro lado, ¿Cómo es posible que este alumno pudiera acceder a la carretera con tanta facilidad?

La Consejería de Educación dice que se comprometen a proporcionar un entorno de aprendizaje inclusivo y equitativo para todos los estudiantes, independientemente de sus capacidades o discapacidades, pero la realidad nos muestra todo lo contrario.

¿Para que sirven las Guías de la Atención a la Diversidad en el Aula, si no exigen a los profesores que las interioricen y las pongan en práctica en su día a día?

La solución no ha sido otra que la EXPULSIÓN. La solución más cómoda, claro. Cuando de todos es sabido que expulsar a los alumnos que generan más problemas no los beneficia en absoluto. Al realizar expulsiones no se dan herramientas de aprendizaje, no se explica cómo reconducir el mal comportamiento, además, de que se rompe el ritmo y el progreso de aprendizaje en los estudios, cuanto más perjudicial es hacerlo a un alumno con TEA o TDHA.

Cuando un alumno con TEA tiene una conducta explosiva es, claramente, porque está enfadado. Enfadarse (mostrar ira) es adaptativo, al igual que el resto de las emociones.

Muchos niños y adultos con autismo no encuentran la manera de hacernos saber qué les pasa o qué esperan de nosotros, lo que acentúa estas conductas disruptivas. Y suele presentar conductas disruptivas por motivos diversos, ya sea para obtener la información sensorial que el cerebro necesita, por frustración, por dolor, por aburrimiento, por algún problema emocional, por inflexibilidad, por falta de anticipación, para obtener la atención de los adultos, para obtener el objeto que quiere, para evitar una situación que no le gusta, etc. Y los profesores deben de estar formados para actuar en estas situaciones y saber controlar sus emociones.

¡¡¡NUNCA EXPULSAR!!!

¡La expulsión solo perjudija y excluye!

Pedimos a la Consejería de Educación que clarifique la situación respondiendo a:

- ¿Los profesionales del Centro tienen los conocimientos teóricos y prácticos sobre los trastornos del espectro autista necesarias para trabajar en la formación con jóvenes con Trastorno del Espectro Autista?

- ¿Por qué se decide una expulsión de manera drastica sin buscar soluciones o derivar el caso a otros servicios?

- ¿Que control de acceso y salida tiene el centro para que un joven salga corriendo y se plante en la carretera?

- ¿Por qué se llama a la Policía Nacional en lugar de avisar al 112 cuando el menor se encontraba en plena crisis y debía ser atendido por los servicios sanitarios?

Pedimos que se subsane la expulsión y se tomen las medidas para que no vuelva a producirse situaciones como esta.

¡Queremos una inclusión educativa ya!

Asociación AMEFIR