El próximo fin de semana, 8 y 9 de octubre, tendrá lugar en Madrid la celebración del VIVA 22, un festival cultural, social y político que se enmarca bajo el lema “La Historia que hicimos juntos”.
Desde VOX se destaca: “Sentimos orgullo de nuestra historia”, por lo que en el stand de la Región de Murcia será Juan de la Cierva y Codorniú el protagonista histórico, tratándose de uno de los inventores más destacados del siglo XX español, ideando, diseñando y construyendo el autogiro.
Información sobre el inventor:
Juan de la Cierva nació el 21 de septiembre de 1895 en Murcia.
Las responsabilidades políticas de su padre hicieron que la familia se trasladara a Madrid en diciembre de 1904. Allí, Juanito demostró tener una especial inclinación por la aviación, leyendo con interés todos los escritos y novedades sobre la aeronáutica y los inventores destacados, como los hermanos Wright, quienes le inspiraron de forma profunda tras hacer volar un aeroplano en diciembre de 1903.
Juan compartía la afición por la aviación con su hermano Ricardo y su grupo de amigos confor- mado por los Barcala y Pablo Díaz, con los que fundó la sociedad BCD, llegando a construir un planeador tripulado que hicieron volar en el hipódromo de la Castellana.
Durante su etapa universitaria continuó con su labor de inventor. En 1919 diseñó para el Ejér- cito un avión de bombardeo con un gran trimotor biplano conocido como C3. Ese año inició también una breve carrera política en la que fue elegido diputado a Cortes por Murcia, cargo que ostentaría hasta 1923.
Sería en este periodo cuando concibió y desarrolló la que sería una de las mayores aportaciones que el murciano hizo a la aviación: el autogiro. En 1920, con 25 años, patentó y construyó el C-1 y los sucesivos modelos de autogiro, aunque no sería hasta enero de 1923 cuando el C-4 logró volar de forma estable y a una altura de 25 metros.
Su invento le proporcionó fama mundial y, en 1924, llegó a realizar exhibiciones para S. M. el Rey Don Alfonso XIII y a efectuar con éxito un vuelo entre Cuatro Vientos y Getafe a bordo del C-6.
En Estados Unidos, París o Gran Bretaña se reconoció su valía, y fue en España donde en 1934, el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, le otorga la Banda de Caballero de la Orden de la República, pese a que Cierva siempre había mostrado sus simpatías monárquicas.
Como muchas otras personalidades monárquicas, con el estallido de la Guerra Civil tomó par- tido y se prestó a ayudar a sus compañeros correligionarios monárquicos con la esperanza de que el conflicto pudiera confluir en una restauración de la Monarquía.
Por ello, hizo de asesor técnico en la compra de aviones y de material bélico. Sin embargo, no llegó a presenciar el final de la guerra, pues falleció el 9 de diciembre de 1936 cuando se encontraba a bordo de un Douglas DC-2 que se dirigía de Londres a Ámsterdam.
Por último, desde el partido se explica, de cara al VIVA 22: “Sois los albaceas de una estirpe imperecedera de descubridores, de literatos, de guerreros, de científicos y de artista sin parangón.
Son el testimonio vivo. Y el testimonio innegable de una historia”..