La Región de Murcia produjo el pasado año más de 221.000 toneladas de tomate sobre una superficie dedicada a este cultivo de más de 2.500 hectáreas, de las que 2.000 son de invernaderos. Por lo que se refiere a las exportaciones, se enviaron al extranjero cerca de 86.000 toneladas, por un valor de casi 106 millones de euros, lo que supuso un crecimiento de 4.600 toneladas respecto a 2020 y un aumento de casi 27 millones de euros.
Estos datos los ofreció esta semana el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca, Medio Ambiente y Emergencias, Antonio Luengo, con ocasión de la visita que realizó a un semillero del Grupo Paloma en Mazarrón.
Luengo puso de relieve que la producción de la Región "supuso el 13 por ciento del total nacional, lo que da buena idea de la importancia que alcanza este cultivo, sobre todo en municipios como Mazarrón o Águilas".
El consejero subrayó el trabajo que se lleva a cabo por parte de los productores "para obtener los mejores rendimientos con el menor consumo de agua y de abonos y ser cada vez más sostenibles sin perder un ápice de la calidad de la que hacen gala desde hace muchos años".
En este sentido, Luengo puso el acento en el trabajo que se lleva a cabo desde los 99 centros de investigación, 130 grupos de trabajo y 12 zonas de demostración agraria con que cuenta la Región, "que contribuyen al desarrollo y recuperación de variedades, la mejora genética de productos y el aumento de su calidad".
Investigación y experimentación
En concreto, el Centro de Demostración Agraria de La Pilica trabaja para cultivar variedades antiguas de tomate, como el muchamiel o el raf, buscando la posibilidad de producirlas conservando su tipología y sabor, pero con las nuevas técnicas de cultivo; al igual que se investiga en el uso de herramientas para hacer frente a las enfermedades que provocan los hongos, como el mildiu y el oídio.
Por su parte, el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) trabaja en varias áreas con el tomate, pero especialmente destaca el Banco de Germoplasma BAGERIM, con dos grandes líneas de investigación: la recuperación, multiplicación, caracterización y conservación de recursos fitogenéticos y la mejora vegetal de cultivos hortícolas.
La colección de variedades de tomate conservada alcanza las 3.000 y es una de las más importantes del país en cuanto a cantidad. Se están realizando cribados de variedades tradicionales para identificar aquellas de elevada calidad organoléptica y nutricional con potenciales efectos beneficiosos para la salud. Se han elegido cinco variedades para el proyecto de recuperación de variedades tradicionales en el que se está trabajando junto con diversos restauradores de renombre en la Región.
Por su parte, el equipo de Sostenibilidad y Calidad Hortofrutícola trabaja en el estudio morfológico, agronómico, fisiológico, bioquímico y sensorial de especies y variedades hortícolas de tomate; estudios de variabilidad genética; desarrollo de estrategias mediante el manejo de la fertirrigación y la aplicación de bioestimulantes en tomate; y estudios de disipación de residuos de plaguicidas y sus posibles productos de degradación en el medio agrícola.
"Pero hay que valorar también el trabajo que se hace mediante los 62 semilleros privados o de producción propia, como es el caso del Grupo Paloma, y comerciales, que producen plantas para terceros. Los semilleros de la Región de Murcia producen 5.600 millones de plántulas, las cuales se distribuyen en la Región de Murcia, pero también en Andalucía, Castilla-La Mancha, Valencia, Extremadura y Navarra", significó el consejero.
La producción de tomate en semilleros ronda los 52 millones de plántulas, la mitad injertada y la otra mitad franca. Los semilleros del Grupo Paloma han producido unos 9 millones merced a su alto nivel tecnológico, con una superficie de invernaderos de 15.000 metros cuadrados. Esto permite que sus plantaciones estén certificadas con trazabilidad desde su siembra.