Intervención del Presidente de la Comunidad, Fernando López Miras. 9 junio

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Intervención del Presidente de la Comunidad, Fernando López Miras. 9 junio

“No era grande mi mundo, pero era el que tenía y a mí me parecía el mejor de  todos.

Sólo había que abrir los ojos para ver que se valoraban muchas cosas importantes,  entre ellas, lo auténtico y lo sencillo”.

Señoras y Señores; Hablar de la Región de Murcia ha de ser siempre un testimonio de amor por la tierra  que nos vio nacer.

Por sus gentes.

Y nada mejor para expresarlo que estas palabras  con las que he comenzado mi intervención, que no son mías, sino de quien es desde  hoy Hijo Predilecto de la Región de Murcia, nuestro Obispo, Monseñor Lorca Planes.

Felicidades por la expresión de tan bello sentimiento.

Hoy, 9 de junio, se cumplen cuatro décadas desde que los ciudadanos de esta  Región decidimos mirar al futuro, avanzar en el progreso, impulsar el bienestar y la  calidad de vida, dotarnos de un marco de obligaciones y derechos bajo el amparo de  la entonces incipiente Democracia.

Todo ese empeño se tradujo en un Estatuto, del que nacería nuestra Comunidad  Autónoma y de sus instituciones que han propiciado el mayor periodo de paz y  desarrollo de los últimos siglos.

Un texto que nos ha facilitado la oportunidad de amar nuestra tierra, participando,  hablando, expresándonos en Democracia.

El Estatuto es un texto de consenso.

Hace  40 años, los padres fundadores de nuestra autonomía decidieron hacer realidad este  gran proyecto colectivo que es la Región de Murcia, un espacio abierto y solidario  donde cabemos todos, pensemos lo que pensemos, y vengamos de donde  vengamos.

Por ello, mis primeras palabras en este 40 aniversario del Estatuto van dirigidas con  especial cariño y con una inmensa gratitud a cuantos hicieron posible el consenso  para redactar primero y aprobar más tarde un Estatuto que se convirtió en el alma  democrática de todos.

Fueron quienes construyeron, a base de diálogo y  moderación, la libertad de la que hoy disfrutamos.

2 Hoy, como es de justicia, recordamos a Carlos Collado Mena, Santiago Vidal García,  Antonio Martínez Ovejero, Ciriaco de Vicente Martín, José Plana, José María Llamas,  Ángel Morenilla, Andrés Santiago Arnaldos, Mariano Yúfera, Juan Ramón Calero,  Antonio Pérez Crespo, José Pascual Ortuño, José Bonnet Casciaro y, por supuesto, a Andrés Hernández Ros, porque gracias a su decisiva aportación, la Región de  Murcia es hoy una realidad de éxito.

Y no debemos olvidarlo nunca.  Todos ellos hicieron política útil, anteponiendo siempre el diálogo y el acuerdo a  cualquier disputa ideológica, algo que suena raro en estos tiempos de frentismo y  trincheras en los que unos pocos quieren imponernos a la mayoría una triste y  desfasada concepción de España.

Cuatro décadas más tarde, el nacimiento del Estatuto que ahora celebramos, ha  permitido no pocos logros, como los avances en igualdad, en la lucha contra el  desempleo, en el incremento en el número de servicios públicos y de su calidad, en  una mayor eficacia y cercanía administrativa, en una mejor calidad de vida para  quienes habitamos esta región.  Nuestros padres y abuelos soñaron con una tierra mejor para sus hijos y lo han  logrado.

La Región de Murcia es hoy una tierra de la que todos podemos sentirnos  orgullosos.

Nuestros padres nos legaron la Democracia, el autogobierno y unas  raíces sólidas a las que nos sentimos profundamente vinculados.

Lucharon por el  entendimiento entre diferentes y por la convivencia, desde la generosidad siempre y desde la empatía.

Y en honor a ellos tenemos que ser capaces de reencontrarnos para trabajar juntos  por lo que de verdad importa.

Ellos también nos enseñaron a amar a esta tierra, a  vivir la vida como sólo aquí sabemos y a defender sin complejos lo que nos hace  únicos.

Nos transmitieron la dignidad y la honradez del esfuerzo, del trabajo sin  descanso y el valor de nuestro sector agrícola y ganadero, al que tanto tenemos que  reconocer y que agradecer.

El Estatuto no sólo representa los valores que nos unen, también representa la  identidad de quienes somos, el orgullo de nuestras raíces.

A nadie que viva en esta  tierra le debe sorprender si decimos en voz alta que somos la tierra de la eterna  primavera, del susurro de las acequias, del jazmín en las noches de verano, del  esparto y de los dos mares.

Somos intensidad frutal, bordados pasionales de oro y  seda, brisa marina al atardecer y puchero a fuego lento.

Somos una explosión de sabores y naturaleza de belleza desbordante que nos  regala su esencia en el Salto del Usero, Calblanque, el Monte Arabí o los Barrancos  de Gebas.

Somos una tierra diversa e integradora, que protege y admira la  peculiaridad de todas sus comarcas y sus municipios, desde la trimilenaria  Cartagena hasta la ciudad santa de Caravaca de la Cruz, que hoy nos acoge.

Desde  el morisco Valle de Ricote hasta la exaltación blanca y azul lorquina.

Da igual si  nuestra infancia nos lleva a un almendro en flor, al final feliz de la vendimia o a tejer  una red de pesca.

Lo que nos une, de Yecla a Águilas, de Beniel a Moratalla, es  3 saber que somos ciudadanos de la Región de Murcia.

Y eso significa tanto que no  puede explicarse, sólo puede sentirse.

Debemos sentirnos profundamente orgullosos de vivir en la Región que vio nacer a  Saavedra Fajardo, Isaac Peral, María Cegarra o Piedad de la Cierva.

Una tierra de  pioneros, hombres y mujeres que dejaron huella.

Da igual el periodo histórico en el  que busquemos, siempre encontraremos a gente de nuestra tierra haciendo historia,  diferentes generaciones unidas por un vínculo indestructible: la Región de Murcia.

Pero nos equivocaríamos si sólo miramos atrás cuando hablamos de la historia de  la Región de Murcia, de sus protagonistas.

Hoy contamos con murcianos excelentes  que cada día son ejemplo de profesionalidad y buen hacer.

Como el oncólogo  Cristóbal Belda en el ámbito de la Ciencia, que ha liderado la investigación médica  durante la pandemia de COVID-19.

Y que ha atraído la atención de una sociedad  que tantas esperanzas ha puesto en ella.

El doctor Belda es un ejemplo de aquello que define por encima de cualquier otra  consideración a los murcianos: la superación constante, la curiosidad por encontrar  nuevos caminos que resuelvan las incógnitas y los retos que se nos planteen.

Su  responsabilidad es tan enorme que hoy no ha podido acudir a esta Gala por  encontrarse al frente de nuevos desafíos médicos en el estudio de la Viruela del  Mono.

Al frente del Instituto de Salud Carlos III es ya un murciano ilustre que escribe  las páginas de nuestro presente y nuestro futuro.

Como lo hace también el caravaqueño José Moreno Espinosa, cuya labor durante  once años al frente de la Fundación Jesús Abandonado escenifica otro valor  fundamental de los hombres y mujeres de la Región de Murcia: la solidaridad.

La  suya es una amplia trayectoria vinculada siempre a lo social, a la atención de los más necesitados.

Contar esa realidad ha de tener múltiples perspectivas, aunando  narración y reflexión, sin que ello nos haga perder muchas veces la sonrisa.

Afrontar el presente con la mirada certera de José Manuel Puebla nos invita cada  día a ello.

Desde las páginas de ABC o de La Verdad su ‘columna gráfica’ es una de  esas reflexiones que deja un poso.

En la crítica o el elogio, en la narración de la  noticia, en el diferente enfoque con que aborda la actualidad, es algo que no deja  indiferente a nadie.

Encuentra siempre un hueco para las demandas de la Región y  de su Cartagena querida.

Puebla mantiene viva una larga tradición de magníficos  comunicadores gráficos que son parte indispensable de una prensa que hoy es más  necesaria que nunca.

Que aporta fiabilidad y confianza en tiempos de abundante  información.

Demandamos inmediatez y a veces olvidamos que hay sueños que no pueden  esperar, que necesitan cumplirse y que sólo lo harán desde la colaboración e  implicación de todos.

Así lo entendieron quienes comenzaron a llevar adelante el  maravilloso proyecto de la Ambulancia del Deseo.

Humanizar la vida y también la  muerte eleva el concepto de solidaridad, al sumar entrega y profesionalidad en cada  uno de sus actos.

No es sencillo, pero es absolutamente necesario pensar que hay  4 retos que parecen imposibles hasta que nos unimos para cumplirlos.

Gracias a ellos  también somos mejores.

Por eso hoy, Cristóbal Belda, José Moreno, José Manuel Puebla y la Fundación  Ambulancia del Deseo habéis recibido el Diploma de Servicios Distinguidos a la  Región de Murcia, con nuestro cariño, nuestro reconocimiento y nuestro aplauso.  Enhorabuena.

Nuestra historia está ligada a personas y a colectivos que, con su entrega, han  ayudado a nuestro progreso.

Las Fuerzas Armadas han contribuido durante siglos a  la estabilidad, la paz y la seguridad en nuestra nación.

Han encontrado en la Región  de Murcia un lugar donde desarrollar su formación y preparación.

Han encontrado el  afecto de todos los ciudadanos y han hecho de nuestra Región su casa.

No se puede  entender la Armada Española sin Cartagena, ni Cartagena sin su Armada.

Y por eso es un orgullo para nosotros reconocer hoy a la Fuerza de Guerra Naval  Especial de Infantería de Marina con la entrega de la Corbata de Honor de la Región  de Murcia.

Los primeros siempre en las operaciones más arriesgadas, que exigen siempre de la participación de los mejores.

La unidad de élite por excelencia de  nuestras Fuerzas Armadas; aquellos a los que liberaron de su secuestro por los  piratas o a los que salvaron la vida en misiones de paz por el mundo, pueden dar  testimonio de ello; nuestros boinas verdes del mar que, con cada uno de sus  despliegues, nos hacen recordar con orgullo a todos los caídos que dieron su vida  por España en acto de servicio.

Gracias por tanto y muchas felicidades.

Una enhorabuena que hago extensiva a quienes este año hemos reconocido con la  Medalla de Oro de la Región de Murcia.

Entre ellos, un murciano de excepción.  Carlos Alcaraz Garfia.

De excepción porque representa a la perfección a tantos  jóvenes que saben que, con esfuerzo y con una buena preparación, son capaces de  alcanzar sus objetivos.

De excepción, porque nos hace sentirnos orgullosos al  escuchar cómo presume de sus orígenes, cómo se ha convertido en nuestro mejor  embajador llevando el nombre de la Región por todo el mundo; a un mundo que ha  sido capaz de sorprender e ilusionar con la excelencia de un tenista que está llamado  a darnos muchas alegrías.

Un deportista excepcional que, como ya le he dicho en alguna ocasión, tiene una  enorme responsabilidad.

Pero bonita.

Los ojos de miles de niños, de jóvenes y  también de mayores de la Región de Murcia están posados en él, y él encarna sus  esperanzas, sus anhelos y sus sueños.  Carlos tendrá, a buen seguro, una magnífica carrera, como lo es la de Encarna  Fernández de Simón, verdadero garante del correcto funcionamiento de nuestra  Asamblea Regional, en la que ejerce con una extraordinaria profesionalidad su  condición de Letrada-Secretaria General.

Presidenta de la Asociación de los Letrados de los Parlamentos Autonómicos de toda España, su encomiable  trayectoria es un ejemplo de rigor y buen hacer, contribuyendo, desde la absoluta  fiabilidad que aporta a cada una de sus resoluciones.

Contribuye así al buen  5 funcionamiento de una institución esencial, imprescindible para la Región de Murcia,  por la que ha demostrado una lealtad incondicional.

Con un notable currículo internacional cuenta también el hematólogo y oncólogo  Vicente Vicente.

Ha sabido dirigir con notable acierto no sólo servicios de los  hospitales de la Región de Murcia en que ha desempeñado, y lo sigue haciendo, su  labor médica, sino que ha unido a ésta una extraordinaria capacidad docente e  investigadora.

Son miles los murcianos que le deben gratitud al Doctor Vicente no sólo en este  aspecto, sino en el de la creación, impulso y dirección de un centro que ha salvado  miles de vidas y es muestra de la enorme capacidad solidaria de los murcianos: el  Centro Regional de Hemodonación.

La relevancia internacional es un denominador  común en nuestros premiados de hoy.

Y ésta es también una característica esencial en la obra del artista muleño Cristóbal  Gabarrón.

Sería interminable la relación de obras destacadas realizadas por un  artista universal que ha colaborado, y lo sigue haciendo, con organismos de la  relevancia de la ONU o del Comité Olímpico Internacional.

Baste decir que no hay  continente en la Tierra que no cuente con obras creadas de su mano.

Y esta continua presencia internacional de la Región de Murcia lo es también de  nuestras empresas, como lo son las que componen el Grupo Reina.

El crecimiento  de las empresas es siempre el fruto de un esfuerzo colectivo y de un liderazgo de  empresarios como Alfonso López Rueda, cuya dilatada carrera al frente de este  grupo empresarial ha obtenido diversas, numerosas y merecidas distinciones que  hoy culminan con el máximo reconocimiento de una Región orgullosa de su  extraordinario trabajo.

A veces la alegría viene unida a la tristeza.

Es el sabor agridulce que nos deja el  fallecimiento de una enorme actriz que se sentía murciana y con la que nos  sentíamos plenamente identificados.

Reconocer la trayectoria de Margarita Lozano  es hablar de calidad humana e interpretativa, es hacerlo de cómo el vínculo y el amor  por una Región se mantiene cuando la conoces y la vives y siempre vuelves a ella.

Junto a estos seis hombres y mujeres excepcionales, también hemos entregado hoy  nuestro máximo galardón a cinco entidades señeras, verdadero ejemplo de trabajo  sin descanso para, cada una en su ámbito, aportar tanto al desarrollo de la Región  de Murcia, a su crecimiento, a su profesionalidad, a la defensa de su patrimonio y  sus tradiciones.

Lo han hecho durante muchos años los economistas.

Conmemoramos un siglo  desde que se iniciasen en la Región los primeros estudios de comercio y economía  cuyos profesionales aglutina hoy el Colegio Oficial de Economistas de la Región de  Murcia.

Con su experiencia y leal colaboración, hacen que podamos avanzar en la  dirección adecuada para hacer mejor la vida del millón y medio de personas a las  6 que nos debemos.

En su nombre, te pido, querido Ramón, que como Decano  traslades nuestra felicitación a todos los economistas en este centenario.

Y es que la formación de las nuevas generaciones de ciudadanos en esta Región es  una tarea fundamental.

La Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de  Murcia cumple cincuenta años haciéndolo posible, creciendo con la Región cuya  autonomía precedió en una década, pero que ha contribuido a desarrollar de forma  más que notable con la gran calidad de sus egresados.

Muchos descubrieron en los primeros meses de la pandemia el enorme papel que  desempeñan los transportistas, vitales para que podamos subsistir como sociedad y  para que el desarrollo no sea sólo cosa de unos pocos privilegiados, sino de todos,  vivan donde vivan.

No los olvidemos nunca.

Apoyémosles en los difíciles momentos  por los que pasan.  La Federación Regional de Organizaciones y Empresas de Transporte nació en  1982, con la autonomía, y como ella partió del consenso, de la unión de colectivos  que decidieron marchar juntos para alcanzar retos mayores.

En la actualidad son la  federación del transporte más importante y numerosa de toda España.

Hoy es justo  felicitar por ello a su presidente, Pedro Díaz.

FROET es garantía y seguridad de  estabilidad y progreso.

Estoy seguro de que lo seguirá siendo, sin duda alguna, en  los próximos años.

Quienes nos precedieron nos dejaron un importante legado, un patrimonio tangible,  pero también uno inmaterial: el compromiso de mantener la esencia de nuestra  sociedad a través de iniciativas culturales, de una conciencia crítica, formada y  preparada para seguir contribuyendo al avance de la Región de Murcia.

Todo esto lo encarna perfectamente el Real Casino de Murcia, que cumple 175 años  y lo hace siendo un ejemplo de conservación de un edificio emblemático y de una  imponente colección artística, convertido hoy, sin duda, en uno de los mejores  símbolos culturales de la ciudad de Murcia.

No ha sido un trabajo fácil.

Bien lo sabe  su Presidente, Juan Antonio Megías, que logró revertir la difícil situación del inmueble  e impulsar a la vez la actividad de una institución que hoy goza de una envidiable  estabilidad.

No todas las tradiciones se encierran en un monumento, en un edificio, ni siquiera  en un libro.

Muchas son transmitidas de padres a hijos, de generación en generación.

Mantienen viva así una llama que nos recuerda quiénes somos, que nos devuelve la  importancia de la cultura popular, de la que nació del sentir y la pasión de la gente.

Y así lo lleva haciendo desde hace más de 75 años el grupo de Coros y Danzas de  Lorca, cuyo ejemplo en la conservación y difusión del folklore le ha hecho merecedor  de los más destacados reconocimientos, pero que al mismo tiempo ha dedicado todo  su esfuerzo, toda su disposición, a colaborar en cuanto la ciudad de Lorca ha  necesitado de los suyos.

7 Las once Medallas de Oro que hemos entregado son una excelente muestra de lo  que es hoy la Región de Murcia: variada, diversa, orgullosa de lo que ha hecho y  conocedora de que no tiene límites para seguir creciendo.

Y a la par es, como indicaba al comienzo de mi intervención, auténtica y sencilla.  Sólo estas palabras bastarían para indicar el enorme amor por su tierra de nuestro  Obispo, Don José Manuel Lorca Planes.

Pero amar es un verbo que se conjuga  mejor cuando se convierte en acción; cuando impregna cada uno de tus  movimientos; cuando se alimenta a tanta gente como lo hace la Iglesia; cuando se  da cobijo a quien lo necesita; cuando se realiza una labor social impecable y  necesaria.

Desde su sencillez y humildad, dirige la que es, sin duda alguna, la  institución que más arraigo y antigüedad tiene en nuestra Región: su Diócesis.

Monseñor Lorca es el primer obispo de Cartagena nacido en la misma Diócesis de  la que es pastor.

Nos conoce muy bien.

Y es todo un orgullo reconocerle,  merecidísimamente, como Hijo Predilecto de la Región de Murcia.

En 1982 comenzábamos a recorrer un camino nuevo.

Plagado de incógnitas.

El  guion era nuevo, como lo eran también las normas por las que habíamos de regirnos  en adelante.

El Estatuto, la Constitución, la misma Democracia.

En estos 40 años el  mundo ha cambiado tanto y tan rápido que nos cuesta poder hacer un análisis  pausado de los acontecimientos.

La globalización de la sociedad, la digitalización de los servicios, las amenazas a la  salud de los ciudadanos o el profundo cambio en los paradigmas de la seguridad  internacional que supone la invasión de Ucrania, son sólo algunas de las  transformaciones más importantes a las que hemos asistido y estamos asistiendo.

Estos últimos años no han sido fáciles para nadie, pero para hacer frente a estas  situaciones y para superarlas en nuestro marco de convivencia, el Estatuto se nos  muestra como una pieza fundamental.

Un Estatuto que nació del consenso, y que  sólo debe ser modificado si existe consenso y, desde luego, nunca con criterios interesados y lejos de nuestra región.

Ese esfuerzo colectivo también ha sido ejemplar en el transcurso de la mayor crisis  sanitaria que nos ha tocado vivir.

Quizá por ello seamos la Comunidad con menor tasa de letalidad de toda la península.

Una implicación de todos que reconocimos en  el acto institucional del Día de la Región en el año 2020.

La pandemia ha provocado ausencias irreparables y ha generado un impacto notable  sobre la salud mental de los ciudadanos.

Quiero trasladar todo mi cariño y el de toda  nuestra tierra a aquellos que han perdido a un ser querido durante estos años y mi  apoyo para los que todavía hoy sufren las consecuencias de la COVID-19 en su día  a día.

Nunca podremos llenar el vacío que esta cruel pandemia ha dejado en  nuestros corazones, pero debe ser un recuerdo activo y cargado de enseñanzas.  Hemos cambiado como sociedad y cualquier nuevo camino que emprendamos debe  tener siempre presente aquello que aprendimos en la lucha contra la pandemia.

Y  8 así hemos visto que todos debemos implicarnos en otro gran desafío que amenaza  la salud de nuestros conciudadanos.

Todas las administraciones debemos aportar más recursos para la correcta  prevención, evaluación y tratamiento de los problemas de salud mental.

Nadie puede  sentirse desamparado.

No vamos a darle la espalda a nadie, porque esta lucha es  un desafío colectivo, en el que no caben separaciones por colores ni banderas.

Además, junto al golpe que para todos ha supuesto la pandemia, la invasión de  Ucrania ha llenado de desolación a Europa.

No somos ajenos a tanto dolor, por eso  ahora más que nunca, necesitamos reforzar nuestros lazos afectivos, arroparnos y  poner en valor aquello que nos une, lo que nos es común.

La unidad siempre es el mejor antídoto frente a cualquier amenaza y la Región de  Murcia se ha volcado con los refugiados ucranianos.

Ante tanto dolor, ante tantos  niños y mujeres desamparadas huyendo de la desolación y la muerte, ante tanta  violencia, nuestros ciudadanos han puesto sus casas, sus recursos y, sobre todo, su  amor, al servicio de los que sufren y se sienten perdidos.

Hoy deben saber, en este  9 de junio, que la Región de Murcia es tierra de acogida, porque como tierra de  frontera a lo largo de su historia, sabe lo que es dar porque también conoce lo que  es recibir.  No somos tampoco ajenos a la pérdida de poder adquisitivo que sufren hoy nuestras  familias a causa de la incontrolada inflación que sufre nuestro país.

Los gestores  públicos estamos obligados a redoblar esfuerzos para asegurar la estabilidad  económica, el empleo y el bienestar social.

Llegar a fin de mes es una necesidad  ineludible para cualquier familia y tenemos que trabajar para hacerlo posible.

A pesar  de las importantes dificultades que atravesamos, nuestro marco institucional nos  permite elaborar las políticas necesarias para continuar el desarrollo político,  económico y social.

En la Región de Murcia no aspiramos a ser más que nadie, pero que no se  confundan, tenemos la moral alta y una decidida voluntad de afirmarnos como región  histórica y con historia, una región con una identidad definida y un sentimiento de  pertenencia arraigado, una región con una voz propia dispuesta a ser alzada siempre  que alguien intente pasarnos por encima.

No aceptamos que se releguen nuestras  reivindicaciones, nos rebelamos contra cualquier trato injusto.

No somos españoles  de segunda.

Y, por tanto, no podemos seguir teniendo una financiación que no lo  reconozca y que ponga en peligro los servicios públicos que mantenemos y  defendemos, que mantendremos y defenderemos, sin dar un solo paso atrás.

Todos estamos llamados a construir la Región del futuro, la Región con la que todos  soñamos.

Tenemos muchos retos pendientes que sólo podrán salir adelante si todos  colaboramos y todos nos implicamos en este gran proyecto colectivo que es la  Región de Murcia.

Un proyecto que pasa por mejorar nuestro sistema educativo, por  ofrecer a niños y jóvenes una formación en calidad y de calidad, sin injerencias  políticas ni adoctrinamientos.

Un sistema que debe primar el esfuerzo e incentivar la  superación y la búsqueda de la excelencia.  9 Hemos de seguir perfeccionando nuestro sistema de salud, que tanto nos ha dado y  al que tanto debemos.

Estamos igualmente obligados a contar con las mejores  herramientas para que nuestra economía avance a la velocidad que nuestros  emprendedores son capaces de alcanzar.

Y necesitan, sin más dilación, un avance  en las comunicaciones.

Es inaplazable la llegada de la alta velocidad, como  inaplazables son las mejoras de las infraestructuras que se nos han prometido y que,  sin embargo, no llegan nunca.  Tenemos muchos retos, pero en este 9 de junio quiero que reflexionemos juntos  sobre tres que son prioritarios para construir una Región de progreso y libertad.

Son  piedras angulares de nuestro futuro, un futuro que se inicia en el mismo día de hoy.

El primero es, como pueden imaginar, el agua.

El agua no puede seguir siendo el  terreno de una batalla ideológica.

Nuestra tierra, nuestros hogares, nuestras familias, necesitan agua, como otras regiones del país necesitan de otros recursos de los que  carecen.

No sólo es una cuestión de desarrollo económico, es una cuestión de  supervivencia como pueblo.

Sin agua, la tierra muere; mueren las esperanzas y la  creencia en que todos somos iguales; mueren también nuestras expectativas de  bienestar económico y social.

El agua es una necesidad para nuestro pueblo y una  obligación para el Gobierno de España la de asegurarnos el trasvase-Tajo Segura.

Invito desde aquí, una vez más, a todos a defender un gran pacto por el agua, un  pacto por nuestro futuro.

Pero el agua no es la única prioridad para el futuro que se abre a partir de hoy.

Si  algo debe preocuparnos por respeto a nuestros padres y abuelos es la lucha contra  la precariedad y la inseguridad vital que sufren hoy nuestros jóvenes.

Una política  centrada en los jóvenes debe convertirse en el gran reto de la Región desde hoy  mismo.

Reconstruir el pacto entre generaciones es vital para la convivencia y para la  estabilidad democrática.

Impulsar el emprendimiento juvenil, reducir la emancipación tardía y asegurar un  empleo acorde con la cualificación obtenida son sólo algunos de los temas que nos  interpelan de manera urgente.

Centrémonos pues en recuperar su confianza.

Invito  desde aquí a poner en marcha un gran pacto por la juventud, un pacto por nuestro  futuro.

Y si el gran reto de país lo representa en la actualidad la reconstrucción del pacto  generacional, estarán de acuerdo conmigo si les digo que nuestro gran reto presente  como región es la protección del Mar Menor.

El Mar Menor es un gran tesoro y una  de nuestras señas de identidad más notables, una joya que ocupa un lugar central  en nuestra memoria.

Hemos crecido bañándonos en él, haciendo castillos en la arena y buceando en busca de caballitos de mar; y queremos que nuestros hijos  puedan seguir haciéndolo.

Ese Mar Menor nos pide hoy menos ruido político y más lealtad entre  administraciones.

El Gobierno regional tiene el firme compromiso de actuar  10 siguiendo las recomendaciones técnicas y científicas, pero es urgente que todas las  administraciones lo conviertan en una verdadera prioridad.

No hay bien que merezca  mayor protección que nuestro patrimonio natural, que es también patrimonio cultural  y emocional.

Es absolutamente imprescindible, y a todos les invito desde aquí a  hacerlo, un gran pacto por el Mar Menor, por nuestro patrimonio, por nuestro futuro.

Señoras, señores; queridos amigos, Celebramos hoy 40 años de nuestro Estatuto y reivindicamos su vigor, su capacidad  para afrontar un futuro mejor y en libertad.

El Estatuto debe ser el mecanismo para  la defensa de los intereses de la Región de Murcia, pero para reformar la más  preciada de nuestras herramientas institucionales, no sólo se necesita el consenso,  como aquel al que un día se llegó en nuestra Asamblea, también se necesita la  debida lealtad institucional.

No es posible avanzar si los grupos políticos pactan una  cosa en Cartagena y en Madrid acuerdan otra bien distinta.

Hoy, los murcianos tenemos el reto de consolidar la autonomía bajo los valores de  libertad, justicia e igualdad con los que nació nuestro Estatuto.

Un modelo que  favorece la actividad económica y que permite desarrollar al máximo las capacidades  de cada individuo.

En los próximos 40 años, la defensa de nuestro patrimonio material e inmaterial, natural y cultural, debe sobreponerse a cualquier visión cortoplacista, para ser  capaces de preservar el preciado legado que hemos recibido.

En los próximos 40 años debemos, en definitiva, ser capaces de convertir todas las  amenazas en oportunidades para seguir creciendo como Región.

Creo,  sinceramente, que podemos llegar tan lejos como nos propongamos.

Somos la mejor  tierra del mundo y estoy seguro de que todos vosotros pensáis lo mismo que yo.

Yo  confío en esta Región y voy a continuar defendiéndola a tiempo y a destiempo; en  ésta y desde cualquier tribuna donde deba hacerlo.  Os invito a todos a que sigamos consolidando, unidos, este gran proyecto que  convoca a un millón y medio de hombres y mujeres.

Este gran proyecto que nos  representa a cada uno de nosotros y que, por encima de todo, es el legado más  importante que podemos dejar a quienes nos sucedan.  Feliz 9 de junio a todos.

Feliz Día de la Región de Murcia.

Muchas gracias

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