Conocida la decisión del Gobierno de la nación, tras acuerdo únicamente con las principales organizaciones sindicales, de un nuevo incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la confederación empresarial regional, CROEM, critica lo inoportuno del momento en sintonía con sus confederaciones nacionales CEOE-CEPYME.
España se encuentra aún en un contexto económico de mucha incertidumbre y pendiente de la recuperación de la economía, que no alcanzará niveles precrisis hasta 2023, con presiones en los costes de las empresas y autónomos.
En un escenario como este, una nueva subida del SMI contribuirá a aumentar más los costes laborales y la presión sobre los márgenes de las empresas lo que, unido a otros riesgos como el encarecimiento de las materias primas, la subida energética, etc. pueden suponer menor dinamismo económico y reducción en la creación de empleo en el futuro.
Hay que recordar que las empresas han asumido un incremento de más del 30% en el SMI desde 2019, con una muy reciente subida en septiembre del pasado año. La que se produjo entonces, unida a la que plantea en 2022, sumaría una subida del 5,2% en apenas unos meses. Esto daña directamente la actividad económica en general. Y a esto habría que sumar la subida de las cotizaciones y el alza en la presión fiscal.
La confederación empresarial regional advierte del perjuicio que esto creará en sectores vulnerables que soportan sobre costes de todo tipo y que han visto condicionada su actividad por la pandemia en los dos últimos años.