La adaptación y protección frente al cambio climático y los incendios de las masas arbóreas de la Sierra de Ricote es el propósito de las actuaciones que se llevan a efecto por la Comunidad Autónoma en este espacio natural desde el pasado mes de octubre y que concluirán en junio de 2022, según indicó el director general del Medio Natural, Fulgencio Perona, que visitó hoy la zona, y que cuentan con un presupuesto de 212.500 euros.
Perona indicó que estas actuaciones "resultan de especial interés, dado que se trata de un espacio distinguido por sus excepcionales valores ambientales como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), habida cuenta de la presencia de hábitats con especial valor por las aves con interés de conservación en el ámbito europeo, como el halcón común y el búho real".
"Una de las principales características de los bosques es su multifuncionalidad, ya que estos sistemas cumplen fines de tipo económico, social y medioambiental. No solo constituyen un hábitat para la flora y la fauna, también desempeñan importantes cometidos medioambientales, como la mitigación del cambio climático o la regulación hidrológica, entre otras. Adicionalmente, proporcionan importantes beneficios a la sociedad en su conjunto, como es el caso de la salud humana, las actividades recreativas, o el turismo", explicó el director general.
Este proyecto de gestión forestal sostenible, cuya línea principal es la mejora de la biodiversidad forestal, se lleva a cabo sobre una superficie de 53,67 hectáreas, y tiene como objeto la realización de actuaciones silvícolas encaminadas a la mejora y regeneración de la masa forestal. El residuo generado será aprovechado como biomasa forestal para generación de energía. Desde el punto de vista socioeconómico, la ejecución del proyecto está proporcionando empleo local en la zona de actuación (motoserristas, maquinaria auxiliar de desembosque, etc.), lo cual tiene un impacto positivo para la fijación de la población rural.
Se trata de una actuación "de silvicultura inteligente, preventiva y adaptativa frente a las incertidumbres del clima, que permitirá una mejora de los valores medioambientales del bosque, que generará una mayor biodiversidad e interés paisajístico para los usuarios y habitantes de la zona, a la par que se fomenta el empleo en el medio rural, lo que converge con los principios de sostenibilidad en lo que respecta al uso de los territorios forestales", concluyó Perona.