La pandemia de coronavirus ha provocado un aumento de los casos de ansiedad, depresión, trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y las tentativas de suicidio, sobre todo en forma de autolesiones en adolescentes, pero no se ha incrementado la tasa de suicidios consumados. Así lo ha puesto de manifiesto el jefe del servicio de Psiquiatría del hospital Virgen de la Arrixaca y profesor de la Universidad de Murcia, Francisco Toledo, en la conferencia ‘Los trastornos mentales en la era COVID’, con la que abrió el lunes el XI Curso de Psiquiatría en la Vida Cotidiana que se celebra en Molina de Segura.
Toledo afirmó que con la pandemia “hemos vivido una situación excepcional, con incertidumbre y miedo ante la posibilidad de morir o de enfermar, y todo ello con una gran cantidad de información y con ‘fake news’ que han creado más alarma social. Hemos visto fallecer a seres queridos sin poder hacer el duelo y a esto hay que añadir la crisis económica, el teletrabajo, los niños confinados, etc. Ha sido una tormenta perfecta”.
Durante su charla inaugural del curso, que está organizado por la Universidad del Mar de la UMU en colaboración con la Fundación de Estudios Médicos (FEM) de Molina, el psiquiatra expuso cómo ha afectado la pandemia a la salud mental, según varios estudios, y citó que más de la mitad de la población ha pensado que podía morir por el coronavirus.
Sobre la esquizofrenia, Toledo destacó que “es curioso que al principio de la pandemia no hubo un mayor aumento, pero seis meses después, a partir de septiembre y octubre de 2020, se empezó a ver una mayor descompensación de estos pacientes. Pero, según un estudio, las psicosis no empeoraron durante la pandemia”. Sí creció, dijo, “el número de pacientes con esquizofrenia, más que otros trastornos, ya que ha habido más dificultad para cumplir con las medidas impuestas y un mayor aislamiento”.
Por el contrario, comentó el psiquiatra, sí ha habido un deterioro en el tratamiento de la depresión y de la anorexia nerviosa, y ha crecido la presencia de estrés postraumático. “También han aumentado las tentativas de suicidio como consecuencia del confinamiento, aunque no ha crecido la tasa de suicidio, es decir, los suicidios consumados, durante los primeros meses de la pandemia, según un estudio hecho en 21 países. En estas conductas suicidas han influido el empeoramiento de la situación, la falta de apoyo y recursos sociales, y el aislamiento”, explicó el psiquiatra.
El coronavirus, afirmó, ha provocado un incrementado el consumo de psicofármacos y del número de obsesiones y compulsiones en pacientes TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) durante la cuarentena. También se han producido más casos de depresión, sobre todo reactivas, y ha crecido la sintomatología depresiva, y se han agravado “los trastornos de la alimentación, con empeoramiento, sensación de pérdida de control y atracones”.
Por otra parte, indicó que ha aumentado la ansiedad generalizada, la hipocondría y los trastornos de personalidad, especialmente los relacionados con una gran dependencia social del paciente, mientras que “la agorafobia, cuyos principales síntomas son el miedo a salir y la sensación de muerte inminente, no ha crecido, pues los pacientes han visto cómo los demás se tenían que quedar en casa y se han sentido comprendidos”.
Sobre las adicciones, Toledo señaló que no se han incrementado las de drogas como la cocaína y el cannabis, pero sí las de alcohol y tabaco, así como la adicción a la redes sociales.
El psiquiatra explicó que ha habido un aumento de los trastornos por estrés, debido a nuevas situaciones ansiógenas, como el teletrabajo y tener a los niños en casa todo el tiempo, por lo que “se ha producido una respuesta a los estresores en forma de somatizaciones. En cuanto a las disfunciones sexuales, algunas se han puesto de manifiesto, y los trastornos del sueño han crecido”.
Toledo aseguró que los niños han tenido en general una mayor capacidad de adaptación ante la pandemia, mientras que en los adolescentes, que tienen más dependencia de la esfera social, se ha producido el mencionado incremento de conductas suicidas. “Adolescentes, mujeres y mayores de 60 años han sido los grupos más afectados durante la pandemia por los trastornos mentales. Los pacientes con tratamiento psicoterapéutico-farmacológicos han tenido un aumento de la sintomatología y algunos trastornos preexistentes han empeorado y otros no”, añadió.
En las consideraciones finales, el psiquiatra subrayó que hay que ampliar la asistencia primaria e implementar más medidas de apoyo a la salud mental, a la vez que resaltó que “hay que poner en valor la capacidad de resiliencia del ser humano”.