WWF y ANSE reaccionan al estudio de FishSec que analiza el grado de cumplimiento de la veda de tres meses para proteger la migración de la anguila europea. Ambas organizaciones consideran necesario una revisión y mejora de los Planes de Gestión, asegurando medidas coherentes entre territorios y un mayor cumplimiento de la normativa, que incluye la obligación de dejar escapar un porcentaje de los individuos adultos para permitir la reproducción. Además, debe priorizarse la restauración y conservación de hábitats esenciales para la especie.
La anguila europea sufre un importante declive, lo que ha llevado a que se encuentre incluida en diferentes convenios internacionales de conservación y al establecimiento de un plan de recuperación europeo. Entre las obligaciones, se deben establecer, por ejemplo, medidas que protejan su migración, asegurando que un mínimo del 40% de la biomasa de la población original escape de los cauces continentales y pueda migrar para realizar su reproducción en el Mar de los Sargazos, lo que no se aplica adecuadamente por las comunidades autónomas.
Las recomendaciones de los expertos apuntan a la necesidad de reducir todo lo posible su mortalidad por causas antrópicas. A pesar de ello, las amenazas sobre la población no se han reducido, siendo las más destacadas la degradación y la fragmentación de los cauces, y la mortalidad directa por infraestructuras fluviales, como turbinas, y pesca.
ANSE y WWF consideran imprescindible una revisión de los planes de gestión de la anguila europea, de forma que impulsen una gestión más coherente entre cuencas y territorios.
Entre las medidas más apremiantes, se deben reforzar aquellas que favorezcan el reclutamiento de los juveniles y las que aseguren la migración de los ejemplares reproductores, así como mejorar la evaluación de las poblaciones, estado de sus hábitats y amenazas. Así mismo, las organizaciones consideran imprescindible impulsar la conservación y restauración de los ríos, estuarios y marismas, humedales y demás hábitats críticos para la anguila europea y reforzar la vigilancia en el territorio y el cumplimiento por parte de las administraciones del conjunto de medidas previstas en la normativa europea.
Hace unos días, la organización FishSec publicaba un informe evaluando el grado de cumplimiento en la UE de la medida que obliga a establecer una veda de tres meses consecutivos en el periodo de migración de la anguila para favorecer su escape y reproducción. Los resultados muestran un cumplimiento dispar entre los diferentes países.
Aunque la mayoría de los países establecen dicha veda, esta no protege las fechas de migración, incumpliendo el objetivo principal de la norma. Incluso algunas pesquerías todavía tienen como objetivo los ejemplares maduros dispuestos a realizar su migración reproductiva.
En cuanto a España, el informe aplaude el cierre de las pesquerías de anguila en Andalucía desde hace más de una década. Su relevancia se debe a su situación estratégica para la salida de los ejemplares residentes en los ríos y humedales mediterráneos, que parecen ser un importante reservorio para la especie, por el Estrecho de Gibraltar, en su camino hacia el área de reproducción.
En cambio, las vedas establecidas en otras Comunidades Autónomas mediterráneas para la pesca profesional de anguila en su fase amarilla o plateada, en general, no corresponden con las fechas de migración de la especie. En la costa atlántica, solo se pesca anguila amarilla en Galicia.
En cuanto a la pesca recreativa, se ha ido reduciendo progresivamente en nuestro país, estando en la actualidad permitida en comunidades autónomas puntuales, como en la Comunidad Foral de Navarra, para individuos de más de 20 cm, y en Cataluña, limitada a individuos de más de 35 cm sin muerte. En el País Vasco, donde se permitía la pesca de la angula, la campaña ha sido suprimida durante la temporada 2020-2021.
Por último, WWF y ANSE hacen un llamamiento a las autoridades para ajustar la gestión de la anguila europea a la normativa europea y los objetivos de conservación de la biodiversidad, con el fin de asegurar la supervivencia de la especie e impulsar la recuperación de los ecosistemas, alineándose con la Década de las naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas declarada para el periodo 2021-2030.