Los Colegios Profesionales de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Forestales piden a los gobernantes que establezcan planes y protocolos adecuados para la elección y mantenimiento del arbolado urbano, y que estos procedimientos sean gestionados por verdaderos profesionales.
Representantes de más de 50.000 profesionales de ambos colectivos de toda España consideran que, en la actualidad, se dan innumerables casos en los que personas con escasa experiencia y formación determinan el futuro de los árboles en las ciudades. Esto conlleva, en muchos casos, a elegir especies inadecuadas para el entorno en el que se desarrollarán obviando tamaño, temperamento y biología de la especie. Desgraciadamente es bastante frecuente ver árboles de grandes dimensiones cuando son adultos (plátanos y olmos) pegados a las fachadas de los edificios; y en otros casos, aunque la especie sea adecuada, se les obliga a desarrollarse en lugares con condiciones ambientales inapropiadas para el buen desarrollo del arbolado. La elección de la especie no es el único problema, también lo es el mantenimiento incorrecto del arbolado urbano, donde se puede comprobar las grandes heridas, todavía hoy sin cicatrizar, como consecuencia de terciados de copas y podas excesivas, en la mayoría de las ocasiones, innecesarias que ineludiblemente merma los beneficios que una masa aportaría a todos los ciudadanos, tanto a su salud como a todo el entorno ambiental. Por ello es muy importante de las administraciones locales y entidades públicas gestionen y profesionalicen adecuadamente el arbolado de nuestros pueblos y ciudades; es el caso de los ayuntamientos y diputaciones provinciales.
"Los Ingenieros Agrícolas y Forestales somos profesionales con competencias y atribuciones adecuadas para gestionar de manera apropiada la infraestructura verde urbana. Y lo somos no solo por la formación obtenida en la universidad, sino porque muchos de estos ingenieros se han formado específicamente en el "arte" de la gestión vegetal y se han especializado en la gestión del arbolado urbano", asevera Javier Loren Zaragozano, Presidente del Consejo de Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas de España.
"La gestión de los espacios verdes debe contar con participación de verdaderos profesionales. Nuestros Colegios Profesionales trabajan, además, en la concienciación de la sociedad por la importancia que tienen los árboles como elemento vivo de nuestro entorno inmediato y de los grandes beneficios que aportan a los ciudadanos", afirma José González Granados Decano-Presidente del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural.
Los árboles no son un banco, una papelera o una farola, son seres vivos que convierten las "masas grises" de las ciudades en un entorno más saludable y habitable para todos y, por tanto, tienen necesidades bilógicas en cuanto al tipo de suelo, nutrición, agua, espacio y mantenimiento que han de ser gestionados por verdaderos profesionales, que mediante sus conocimientos técnicos y experiencia acreditada puedan llevarlo a cabo.
Conexión con la naturaleza, necesidad atávica
La revolución industrial marcó un antes y un después en la relación entre los seres humanos y la naturaleza. El éxodo del campo a la ciudad generó el crecimiento de urbes que, en esos primeros años, no tuvieron en cuenta la necesidad de la naturaleza en estos nuevos entornos. Sin embargo, con el paso del tiempo, los seres humanos han tenido la necesidad de volver a tener la naturaleza, o parte de ella, en las ciudades, como una necesidad atávica, creando áreas y paisajes verdes.
Ingenieros Agrícolas y Forestales destacan que el elemento estructural inigualable e insustituible de esta naturaleza, es el árbol, porque están conectados con la humanidad en todas las civilizaciones formando un estrecho vínculo entre el ser humano, la tierra y el cielo. Las formas, portes, texturas, colores y olores de cada una de las partes que lo forman, configuran una estructura que sobrepasa cualquier diseño creado por el Homo sapiens, proporcionando grandes beneficios medioambientales y sociales. Por ello deben ser considerados imprescindibles en los diversos ecosistemas urbanos y, en consecuencia, adecuadamente cuidados.