Los rayos del sol inciden con la misma fuerza debajo del agua

Óptica & Audiología Universitaria presenta los principales hábitos que favorecen la protección de los ojos de los niños en verano

La gran exposición al sol y otros factores como el cloro de las piscinas pueden provocar lesiones en los ojos de los más pequeños.

Los ojos de los más pequeños son altamente sensibles, ya que la capacidad de filtrar la luz UVA del cristalino es menor en los primeros años de vida, lo que puede provocar alteraciones en la superficie corneal o lesiones degenerativas en la retina con los años. El riesgo de sufrir estas patologías se agrava en verano, a causa de la fuerte exposición al sol y otros factores como el cloro del agua de las piscinas. Por ello, hay que tener un especial cuidado de los ojos y el sentido de la vista de los pequeños de la casa en esta temporada.

El primer mandamiento para proteger los ojos de los niños en verano es llevar gafas de sol. Es importante que se recurra a gafas homologadas porque es la garantía de que bloquean la totalidad de los rayos UVA y UVB y, por lo tanto, proporcionan la máxima protección posible. Si no cumplen la normativa, es mejor no utilizar nada, ya que los rayos ultravioletas entran sin filtro y sus efectos pueden ser más dañinos, llegando incluso a deteriorar los ojos.

Pero también hay otros hábitos recomendables para esta época del año y que pueden favorecer la protección de la salud visual de los pequeños. Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria, enumera las principales:

Adapta el material a sus necesidades.Pide información a los especialistas sobre los diferentes materiales de gafas disponibles. Una buena opción son las monturas de plástico y las de silicona, y las lentes que sean orgánicas, las de policarbonato son las más resistentes. Y si ellos tienen la posibilidad de elegir será de gran ayuda para que las toleren y se sientan más a gusto.

Cuidar la higiene de las manos.Lavarse las manos con frecuencia es una norma básica en cualquier época del año y con mayor razón en tiempos de pandemía. Con los niños, que necesitan explorar como parte de su aprendizaje, hay que extermar más esta precaución e inculcarles una buena rutina de higiene con especial atención a evitar tocarse los ojos con las manos sucias.

Sombreros y sombrilla, ¡sí, por favor!Además de las gafas de sol, un buen sombrero o gorra ayudará a conseguir una mayor protección de los ojos, ya que evitan que los rayos ultravioleta entren por los laterales o por la parte superior. Y aunque estemos bajo una sombrilla en la playa o el día parezca nublado y no haga sol, hay que poner las gafas a los niños. Los rayos de UV solo se debilitan, pero no desaparecen.

Las gafas de buceo son bienvenidas. Siempre que se pueda, claro que sí, pero con protección UV y anti-empañado. Ayudarán a contrarrestar los efectos del cloro y de las bacterias que pueda haber en el agua. El medio acuático, ya sea el mar o una piscina, es un potento foco de infecciones e irritaciones de los ojos. Y, aunque la gente no sea consciente, los rayos del sol inciden con la misma fuerza debajo del agua. Una gafas de buceo adecuadas ayudarán a evitar las conjuntuvitis, queratitis y sequedad ocular, entre otros problemas.

Lava bien sus ojos.Para proteger a los niños de las sustancias contaminantes e irritantes después de un baño en la piscina o en la playa, lo ideal será lavar bien sus ojos con agua limpia o una buena ducha. Y luego secarlos con un pañuelo. Pero… ¡ten cuidado! Evita usar la toalla ya que podría estar sucia de arena o de cualquier sustancia del entorno.

Ojo a su alimentación.Una buena alternativa y que será apropiada para la salud de los ojos de tus hijos es añadir a su dieta alimentos ricos en vitamina A, como la zanahoria, o grasas saludables para ayudar a la absorción de betacarotenos, cítricos ricos en vitamina C, etc.

Sobre Óptica & Audiología Universitaria

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